El entretenimiento es él

1769 Words
—Abuela, llegué —dijo Gabriela al entrar, no quería que su queridísimo amigo entrara en contacto con su abuela, así que lo había dejado afuera debajo de un árbol de Manzano, le había advertido que no entrara, que ella ya saldría después de saludar a su abuela, pero se llevó la sorpresa al ver la expresión de su abuela y la de su prima y su madre, quiénes estaban mirando sorprendidas a alguien detrás de ella. —Ji Yasuf?" —Gabriela siseó con enojo, no de enojo enojo, sino que sentía angustia y sorpresa a la vez. ¿No había ella pedido a este hombre que se quedara quieto en un solo lugar, o si no, pues, le había dicho que si se le antojaba irse que lo hiciera? ¿Porque estaba actuando así de raro? Pensó mientras miraba con atención. Debería preguntar al matrimonio Gutiérrez si la comida tenía alguna hierva alucinógeno, pues o era que él estaba en los efectos de dichas hiervas o ella estaba alucinando bien alto. —se dijo Gabriela sin creerlo. —No te pedí que entraras, ¿Porque estás aquí? —reclamó Gabriela, ante esto, la respuesta de Ji Yasuf fue épica para ella. —Estoy aquí por ti mi amor —lo que pusiera los pelos de punta a la mujer, pues se le había subido algo a la cabeza del hombre que la llamaba su amor o bien, era un sonso. Todos miraron a Gabriela, ella iba a regatear lo que dijera el hombre, pero no encontró la forma adecuada de expresar su inconformidad. Además, estaba molesta con su tío y su esposa. —¿Gabriela? Así que incluso tienes novio? Y si no me equivoco, puedo decir que él es un hombre con billetes. —dijo Leticia con rabia. —Oh, mi queridísima tía, usted y mi tío se confabularon en contra mía, vengo a pedirte cuentas. Al oír lo que dijera Gabriela, Leticia tragó saliva con nerviosismo, ayer su esposo vicioso le había dado cinco mil dólares solo por ayudarlo a tomar medicamentos para dormir a su propia sobrina. ¿Qué sabía ella de lo que iba a hacerle? Aunque conociendo como conocía a su marido vicioso y tramposo, nada bueno había de ser. Ji entendió rápido lo que Gabriela dijera, él ya había investigado anteriormente. Se acercó a Gabriela y le susurró al oído. —Déjame encargarme yo de esto. —la cercanía del hombre y su voz grave hicieron tensar los músculos de Gabriela.. —Lo haré para compensarte nuestro primer día de aniversario juntos. —dijo mostrando una sonrisa pícara. Viendo la escena, Micaela quien estaba presente se llenó de enojo con su padre. Creía que su papá no le había dicho que era con un hombre rico, fino y guapo que debía acostarse, ella lo hubiera aceptado con los ojos cerrados. “Papá, como siempre me arruinaste mi buena suerte” pensó Mientras que Ji seguía muy cerca de Gabriela sintiendo el olor peculiar de la chica. Ella le reclamó. —¿Ah sí? ¿juegas al gato y al ratón conmigo o a decir mentiras como si fueran verdades? —Gabriela se sentía molesta con Ji, pues éste le estaba perjudicando su reputación según su percepción. —No, no eres un juego para mí, mi querida novia, dime, ¿Cuando nos casaremos? —preguntó Ji a Gabriela. —¿Que has dicho? ¿Crees que el matrimonio es un juego? Me casaré solo una vez, así como mis padres! —proclamó la chica mirando de reojo al hombre, su respuesta le encantó a Ji Yasuf. La abuela de Gabriela había sido trasladada a un santuario para ancianos, así que Gabriela decidió irse, sin antes apuntar con el dedo a su tía y a Micaela. Ellas nunca habían sido serviciales y por eso sabía que ellas también tenían que ver con lo que hiciera su tío Mainor. Al salir de la casa, Gabriela vió un auto Maybach n***o. Parecía esperar a alguien, de inmediato pensó que era al hombre que lo seguía a ella. Gabriela miró a Ji Yasuf, este solo caminó hacia el auto e invitó a sentarse en el asiento de copiloto. El conductor del hombre lo miró confundido y sin palabras, pues jamás hubiera creído si no lo estuviera presenciando a su jefe invitando a una mujer a sentarse en su auto. Ji Yasuf se acercó al conductor el señor Lennon, con años de trabajar para el señor Kim, nunca había visto ocurrir algo parecido, así que tragó saliva y se dispuso a ver qué le decía su jefe. —Señor Lennon, puede irse a casa, y en los siguientes días no lo voy a necesitar, puede llevar a su familia de vacaciones, lo llamaré cuando lo necesite. —"¡Qué!" —el conductor se quedó mudo de la sorpresa. "¿Será que perderé mi empleo?" pensó con preocupación. Como si adivinara sus preocupaciones, Ji le dijo en una sonrisa. —Tu empleo se mantiene, solo quiero estar a solas con mi novia. —Ji se tomó la molestia de explicarle todavía. —Oh, por supuesto —respondió el chofer antes de perderse de vista. ¿Estaba poseído su jefe? ¡Oh por Dios, un extraterrestre debió meterse en su cuerpo! ¿por qué sonreía así? él ya estaba adaptado para el viejo Ji Yasuf intimidante. Mientras se desmarimbaba los sesos el solo, Ji se había ido a sentar en el asiento del auto, lo había encendido y se había esfumado sin dejar rastro, fuá fuá y listo. El señor Kim se llevó a Gabriela a un lugar donde preparaban los mejores postres del mundo, él había visto aquella noche en la reunión con los franceses que esta mujercita linda se había pasado la mitad de la reunión comiendo postres. Por la misma razón, quiso agasajarla con postres de los más ricos. Cuando se sentaron pidió postres hechos de coco, de café, vainilla y ciruela, él se comió uno completo, no le gustaba el azúcar, pero para acompañarla también comió uno. Al salir de ahí, ya era de noche, así que Ji le dijo a la Chica. —¿Dónde iremos a dormir? —Gabriela no sabía que responder —Pero terminó por decidir y respondió. —Podré pagar para una noche en un hostal, no tengo para un hotel de siete estrellas como creo estas acostumbrado. —Y mi segunda opción sería que vayas tú a tu casa y yo a la mía. —se refería a la vieja Casona de sus abuelos. —¡No! —dijo él, negándose a ir solo y dejarla, lo cierto era que Ji Yasuf temia que aquellos hombres todavía quisieran hacerle algo a su novia. —Iremos juntos —dijo él. Al final, se fueron a un hostal a pasar la noche, otra vez Gabriela sacó su tarjeta bancaria, era de cartón, solo había unos cientos de dólares, su semblante se nubló mientras la cara del hombre se hacía más serio, ella no quería pagar dos habitaciones, el tampoco, aunque por razones diferentes. Gabriela no quería gastar más dinero, cuando solo dormirían unas cuantas horas, pues ya era media noche, mientras que Ji Yasuf no quería separarse de ella para nada. Así que el hombre se acercó a la chica y le dijo: —Mi amor, me duele el estómago, ¿crees que me puedes cuidar bien esta noche? Gabriela se había dado cuenta que este hombre le estaba insinuando que no debían estar en habitaciones separadas. Y así fue, la chica solo pagó por una habitación. Esa noche, no fue como las noches turbulentas de Ji Yasuf, había estado sufriendo insomnio, pero mágicamente al lado de Gabriela se durmió de inmediato, cayó como piedra al río y se hundió profundamente. Gabriela no podía creerlo, ella que pensaba que le pediría hacer el delicioso, sin embargo naaa, eso no pasó. "¿Seré tan fea?" se dijo viéndose en el espejo, una media hora después que se durmiera el hombre. Ella lo observó detenidamente, parecía que quien estaba en peligro era él, no ella, pues de golpe Gabriela sintió deseo de apareamiento, seguro estaba en sus días fértiles dónde el deseo aumentaba o de plano él era su punto de ebullición y lo hacía elevar la temperatura así. Lo cierto es que se sintió culpable de su sentir y su despertar s****l, se aplanó el rostro tocando sus mejillas sonrojadas y pensó que él era un peligro para ella, pues hacia florecer ese lado que ella no conocía. Al día siguiente, Gabriela se levantó con una ojera, Ji estaba refrescante, parecía que había tenido un sueño limpio y completo. —Gabriela, ya está listo el baño para ti, vé y date una ducha —dijo Ji Yasuf, él ya estaba pulcramente vestido. Incluso había pedido desayuno exprés, Gaby vió la comida y saltó para comer, él le dijo: —Primero vé y báñate, después desayunamos. Para sorpresa de Gabriela, la comida era casera, nada de ostentosidad, Ji había mandado a pedir la comida de los Gutiérrez. Cuando al fin Gabriela salió del baño, incluso había ropa nueva doblada para ella, "¿braga, sostén? ¿cómo supo su talla? su cara de confusión se inundó en toda la habitación. Comieron en silencio, Ji Yasuf se mantenia serio mientras comía, Gabriela se pregunta si que era lo que Ji Yasuf buscaba en ella, era claro que no era el sexo, por que si no la hubiera zarandeado a noche. Al terminar le dijo el hombre a la mujer. —Trae tus documentos de identificación, nos casaremos hoy por el civil. —Ji solo le hacía saber, no le estaba pidiendo permiso a ella, por supuesto Gabriela abrió grande los ojos. —¿Qué, que has dicho? ¿Me has preguntado si quiero casarme contigo? —¡Fuimos marido y mujer! ¿hay motivos más válidos que ese? —Pues, hoy en día, eso no es nada. —apuntó Gabriela. —¡¿Oh, no lo es?! entonces se acuesta con quien se le pega la gana y es todo, le recuerdo mujercita, que en el siglo I o en el siglo XXII la moral sigue siempre vigente. —Te acostaste conmigo, debes responder por mí, mi honor está en juego —dijo él en una sonrisa sutil. —¿Has visto a un hombre quejarse por perder su primera vez? —cuestionó Gabriela, la verdad es que estaba hablando sola. —¿Y que hay si te quedaste embarazada de la union de esa noche? —volvió a arremeter el hombre.
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