CAPÍTULO DIECISÉIS Royce era levantado por manos ásperas en la espalda que lo ponían de pie. Se puso de pie tembloroso, todavía en el mundo de los sueños y sin saber si estaba dormido o despierto. Desorientado, abrió los ojos poniéndose en alerta y preguntándose qué estaba pasando. Miró a su alrededor y vio que el mundo era rojo al amanecer y nunca se había sentido tan exhausto como ahora. Sintió como si solo hubiera dormido un segundo. Seguía afectado por la marcha, había sido el sueño más profundo, y corto, de su vida. Royce escuchó conmoción y vio que los otros muchachos también eral levantados por los soldados. El olor del humo era pesado en el aire. Miró a su lado y vio que la fogata seguía ardiendo, y se dio cuenta de que, en su cansancio, se había desplomado junto a esta. Su ropa