Sara amasaba la harina con la que haría los panecillos de fresa. Toda la semana se la había pasado en eso, por recomendación de Jake para que no pensara tanto en Monder, y de hecho funcionaba por ratos, se entretenía en la cocina aprendiendo nuevas y exquisitas recetas de las cocineras elfas.
-No les agregues mucho azúcar, podría darte diabetes – escuchó Sara esa dulce voz que ansiaba volver a escuchar desde hace una semana.
-¡Monder! – exclamó ella al voltearse y ver al ángel.
Lo abrazó fuertemente, y el ángel con la misma emoción la abrazó, tanto que no controló su fuerza y por poco parte a la mortal.
-¡Auch! – exclamó ella al sentir crujir su espalda - ¡Controla tu fuerza, Monder!
-Lo siento – dijo, tomando los cachetes de Sara y estampándole un sonoro pico en los labios - ¿Me ext
