En esta ocasión, dejé que fuera ella quien condujera hasta el sitio aquel que me habré puesto a llevarme. Lo que no imaginé es que me traería a una playa, pero no es una playa cualquiera, es una completamente salvaje y que se encuentra situada entre encandilados, por estos rumbos las llaman una playa virgen, un nombre bastante peculiar para tratarse de un lugar como este —¿Playa del silencio?— Pregunto sorprendido, saque de todas las hermosísimas playas que hay en Asturias esta es una que no suele estar tan llena de gente. —Es la playa más hermosa que podrás ver en tu vida, es natural, no necesita más que sus acantilados y ese mar tan increíble que la hace única— Relata con gran orgullo y no puedo más que mirarla y sonreír como un tonto. —Se parece a ti entonces, no necesitas más que tu