[Horas Después] Escucho a Aroa cantar mientras que salgo del baño, y tan solo amarró la toalla mi cintura para ir hacia la cocina, y escucharla un poco mejor —No sé lo qué piensas me tienes dando vueltas, te vas y regresas, me daña la cabeza, yo no sé qué me da que me pone tan mal, y te quiero probar de nuevo… y por un ratico, me quito el corazón y te lo dejo pa’ ver si así te hago sentir lo mismo…— Se la ve feliz moviéndose por la cocina mientras que la canción suena bastante fuerte en sus auriculares. Se mueve al ritmo y continúa —Esta locura que me da, que me da, que me da, que me da— Canta a todo pulmón mientras mueve sus caderas al ritmo haciendo que mi camiseta, la cual apenas cubre su cuerpo, se mueva también. Me acerco a ella con una estúpida sonrisa tatuada en mi rostro, y sé