Al día siguiente: 6 de junio Dejar a Aroa ayer en la entrada del edificio donde vive, ha sido todo un acto de voluntad. No entiendo como ese ser tan encantador y lleno de vida ha llegado así de repente como una tormenta que se forma de la nada y te lleva por delante con su fuerza. Yo siempre fui un hombre centrado que hacia las cosas bien, que me tomaba mi tiempo para todo, pero con ella no sé qué me pasa, esto rompiendo todas las reglas y todas a la vez. Observo la sala de mi casa y sonrió como un idiota al ver que se ha llenado de arreglos de fresias amarillas. Nunca imagine que compraría tantas flores de este color, pero cuando fui a la florería, me dijeron que reflejaban la alegría de vivir, el optimismo y energía; todo lo que yo veo en Aroa y que tanto me gusta. Me acerco a la mesa