Sobre las 7:00 am bajé a recoger el periódico y encontré una pequeña nota dentro.
"Alicia: Te observé anoche por la ventana, debo decirte que eres una mujer hermosa, voy a ser sincero contigo, te deseo, pero no me interesa una relación, estamos ya muy mayorcitos para saber lo que queremos, si estás dispuesta, deja tus cortinas corridas esta noche y permíteme observarte, me aseguraré que nadie me interrumpa.
-Damián-"
Dios santo, qué vergüenza siento, pero, de cierta manera, me emociona saber que desperté algo en él.
Tengo sentimientos encontrados, por una parte, me parece incorrecto lo que me propone, él tiene esposa y se supone que debe respetarla; pero, muero de ganas por ser suya, ya que cuando eramos jóvenes nunca pasó nada.
Dediqué gran parte de la mañana a recorrer el vecindario y seguir repartiendo publicidad, de regreso a casa, los encontré de frente...
-Buenos días Alicia, ¿pensaste lo que te dije ayer?- Preguntó ella.
-Si, estoy sacando los costos y te aviso-. Le respondí
Ella codeó a Damián y le dijo que saludara, que no fuera grosero.
-Perdón, buenos días señora Alicia-. me dijo, pude notar que se sonrojaba un poco.
-Buenos dias- respondí.
-Bueno, quedo atenta al dato, feliz tarde Alicia-
—Feliz tarde-
Dieron la vuelta y se fueron, pude escuchar como ella le reclamaba su "actitud grosera" hacia mi...
Me sentí miserable, ella es muy amable y yo pensando en acostarme con su marido.
El resto de la tarde me la pasé leyendo una y otra vez su nota, deseo tomarle la palabra, pero siento que es incorrecto e inmoral, pero tampoco quiero envejecer más y morir sin saber qué es estar con un hombre.
Sobre las 7:00 pm tomé un baño de tina, con mis sentimientos encontrados salí en bata al cuarto, Prendí la luz y me acerqué a la ventana, ahí estaba el, sentado frente a su escritorio y pendiente de mi casa; no lo pensé más y corrí levemente la cortina, puse música, me serví una copa de vino, me dejé llevar por el ritmo, mi cuerpo se contoneaba suavemente siguiendo la melodía, de repente, la bata cayó al suelo y me hallé totalmente desnuda, sabía que él me observaba.
Quise ver su reacción, mi sorpresa fue muy grande al descubrir lo que hacía, ¡se estaba masturbando!
Me sentí sucia, los sermones de mamá sobre la moralidad y la decencia empezaron a rondar mi cabeza.
Inmediatamente apagué la luz, me puse mi pijama y me fui a dormir.