MARION Sentir, escuchar, oler, hablar, ver. Ninguno de mis sentidos me daba la lógica detrás de las palabras de mi ex esposo. Me sostenían con sus frías manos posesivas algo que yo consideraba íntimo. No sabía a dónde quería llegar, ni tampoco le encontraba sentido a su lógica. No voy a negar que mi estúpido pecho vibró por un momento. Me atreví a verlo a los ojos, aquellos ojos grises que me siempre me habían mostrado frialdad, siempre habían estado distantes para mi y ahora me observaban como tratando de perforar el alma. Prefería irme al infierno. Ahora era más fuerte y había llorado lo suficiente por él en el pasado. — En la escala del uno al diez, él está en dos —dije con apenas en un hilo de voz sin dejarlo de ver a los ojos. Pude ver por un momento en sus ojos una chispa de sa