MARION No sabía qué pensar de Bruno, y yo misma me sentía más perdida que un chorlito buscando sus palitos para hacer su nido. No pensé que me fuera a ofrecer de nueva cuenta trabajar con él, y a esta altura del partido no sabía qué era lo que más me convenía, si mis ganas de vencerlo en sus negocios o trabajar con él y desenmascarar a quien está jalando los hilos detrás de todo, porque si algo sabíamos ambos era que no había sido una casualidad estar como adversarios en un mismo juicio. Las cosas habían cambiado entre él y yo a medida que íbamos desenterrando el pasado. Había muchas cosas que debía descubrir, y siendo honesta trabajar con él implicaba resolver las cosas mucho más rápido. Podría ser el idiota que me había roto el corazón cuatro años atrás, pero no podía negar que era una