Ankatu. —¿Qué haces aun despierto?. —salto del susto porque no me esperaba para nada que me hablaran, se supone que duermen. —Perdón, no los quería despertar. —prendo la luz viendo a los tres despiertos. —¿Ya te vas?. —me pongo las zapatillas sonriendo. —Aun no tenemos permiso de salir, van a sancionarte. —Marcos se friega la cara mientras habla. —No va a pasar nada. —Es que llega la mujer con la hija y debe ir a buscarlas. —¡Ah!, ¿pero vas a comerte una sanción por ir por ellas?. —Bueno, prefiero una sanción a dejar que mi mujer no sepa a donde ir con mi hija pequeña en medio de la noche, hay prioridades cuando eres padre. —me pongo la campera, mi billetera, una gorra y le sonrío—. No vengo hasta la mañana. —Vuelve con energías loco, no me dejes todo el cargo a mi. —Hace dos sem