Mikael se encontraba caminando por los pasillos del palacio con Laura sobre sus hombros cuando se cruzó con Jackson, quien estaba acompañado por Ethan.
- ¡Buenos días Jackson! – le saludó Mikael con una gran sonrisa.
- Hola príncipe. – le saludó la pequeña emocionada.
- Así que hoy tenemos la visita de la pequeña princesa, buenos días Mica.
- Si, su padre tuvo que atender unos asuntos y Cora lo acompaño así que la pequeña quedo a cargo de Jordan pero digamos que esta algo ocupado con unos asuntos y ni loco dejo que Liam cuide de ella.
Jackson rio divertido al ver al gran emperador haciendo un puchero pero le gustaba eso de él, no era como nadie y siempre se mantiene tan puro y fiel a sí mismo sin importar que tenga el rango más alto.
- Entonces dejaré que se diviertan y nos veremos en la comida.
- Es una gran idea, solo por eso te salvas. – le dijo el emperador guiñando un ojo con diversión para después correr lejos del príncipe.
- Esta loco.
- Eso es verdad. – comentó Scott saliendo detrás de una de las columnas.
- ¿Desde cuándo estás ahí? No me di cuenta. – respondió Jackson tratando de no mostrar que acababa de tener un mini infarto.
- Desde que llego Mica, lo estaba siguiendo pero es bastante escurridizo. Esos dos juntos siempre causan caos en el palacio, hacen bromas a todos y nadie puede atraparlos pero creo que los he perdido. – sonrió – Los dejaré por hoy, me gustaría hablar contigo.
Jackson asintió y siguió a Scott, en los últimos meses que el príncipe ha estado viviendo en el palacio se ha vuelto amigo de todos y tal como lo hacen con Mikael ahora lo tratan como uno más y no un príncipe incluso sus mismo guardias, los gemelos, lo han tratado de esa manera y le gustaba. En este tiempo también comprobó que sus sentimientos por el emperador no son un juego, realmente ha caído enamorado de él, ama ver sus sonrisas e incluso su rostro molesto.
El rey Rowan se ha mantenido alejado de todos y solo pasa tiempo con Jennifer la cual solo puede entrar a una pequeña parte del palacio y está botada de todas las demás además de que no tienen sirvientes ni nada así que tiene que hacer ella todo sola porque tampoco los sirvientes del rey están autorizados a hacer algo por ella.
Llegaron a una oficina, la cual era de Scott quien a pesar de ser el caballero del emperador también tenía mucho trabajo de oficina por dirigir a todos los soldados y algunos asuntos interno y externos que le encargue Mikael.
- Supe que Mikael te contó acerca de sus padres y como su padre lo sobreprotegía después de la muerte de su madre. – comenzó Scott una vez que estuvieron sentados y disfrutando de una taza de café.
- Así es, lo comentó el primer día que fuimos al pueblo. Me comento que el antiguo rey no quería que sufriera como la emperatriz ya que muchos se aprovecharon de su amabilidad.
- Mira, lo que te voy a contar es algo importante en Mikael. Quiero que lo sepas porque me he dado cuenta de cómo lo miras y sé que pronto las cosas van a cambiar así que necesito que lo sepas porque te convertirás en el apoyo de no solo mi emperador sino que también de mi mejor amigo.
- De acuerdo, lo entiendo. Te escucho. – le dijo Jackson de manera seria, no se negaría a saber más acerca de Mikael
- Bien. Mica no era como es ahora, de hecho la razón que tenía Noah era completamente válida ya que Mica era idéntico a la emperatriz, siempre alegre y amable con los demás, no podía resistirse a ayudar a otros y no veía la maldad en la gente. – cerró sus ojos con fuerza – Todos cambio cuando un grupo de rebeldes entraron al palacio y lo secuestraron. Tardamos cinco días en encontrarlo y cuando lo trajeron al palacio no era el mismo.
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Scott ahora con diez años corría como loco, su padre había regresado junto con otros caballeros y el rey con la noticia de que habían encontrado al príncipe heredero.
- ¡Mica! – gritó Scott en cuanto vio entrar a los hombres.
Noah tenía en sus brazos el cuerpo de Mikael, el cual temblaba ligeramente pero en cuanto escuchó su nombre miró a Scott, sus ojos estaban vacíos y toda su piel estaba cubierta de heridas pero aun así con ayuda de su padre se acercó a Scott.
- Ya estás a salvo, no dejaré que te hagan daño de nuevo. – le dijo Scott mientras se aferraba a su amigo que no dejaba de sollozar con dolo.r
Noah veía esa imagen con dolor, ver a su pequeño de esa manera lo destrozo y cuando lo encontraron fue peor, jamás olvidaría el estado en el que encontró a su hijo.
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- Después de ese día todos notamos el cambio en Mica, a pesar de que parecía estar bien nos dimos cuenta de que algo había muerto en él. Nunca supimos que le paso realmente cuando estuvo secuestrado, él no quería hablar y nosotros no lo obligamos pero ahora ya no era tan amable o eso es lo que parecía, no confiaba en todos y se volvió muy analítico. Poco después murió la emperatriz y eso no lo ayudo a sanar, creo que aún lo atormentan los recuerdos de esos días y con toda razón, sé que gracias a eso salió su lado sádico. – le explicó Scott ya más relajado pero el rubio podía notar que él también sufría al recordar eso.
- Lo entiendo, un secuestro cambia a cualquiera y las cosas no son tan buenas. No es algo que puedas olvidar y creo que esos recuerdos siempre te atormentan pero se van haciendo más sencillas. – comentó Jackson con una sonrisa cargada de tristeza.
- ¿Pasaste por algo parecido? – le preguntó Scott sorprendido.
- Si, tenía trece años. Isaac y yo fuimos secuestrados y torturados por una semana, lo peor es que al final fue nuestro padre quien mandó a secuestrarnos así que después de salir mi hermano se convirtió en emperador con tan solo diecisiete años.
- Lamento que te haya ocurrido eso.
- Esta bien, ya estoy mejor. Puedo entender a Mica y prometo ayudarlo. – le dijo Jackson con una sonrisa.
- Debió de conocerte antes. – susurró Scott con una sonrisa en su rostro.
Este hombre haría feliz a su hermano.