Mikael solo podía suspirar al ver a sus amigos y hermanos, habían pasado demasiadas cosas en tan pocos días pero se alegraba de tenerlos a todos a su lado y más a Jackson. ¿Quién diría que él vería a través de él? Jamás pensó que podría crear un lazo tan profundo con alguien que conocía tan poco pero de cierta forma estar con ese príncipe le recordaba a esos días en el palacio donde sus padres aún vivían y pasaba sus días con ellos y sus hermanos mientras que Scott se burlaba de algo que decían. Extrañaba demasiado esos días, a veces solo quería volver a esa época donde era feliz y no tenía que preocuparse de tantas cosas y no cargar con un dolor constante en su corazón. Por alguna extraña razón sentía que al lado del príncipe invitado todo ese dolor desaparecía por un momento, como si no hubiera existido, eso era algo que ni siquiera sentía con Rowan, en su momento.
- ¿Estás bien? – le preguntó Jackson a su lado.
- Lo siento, solo me distraje por un momento. – le dijo Mikael sonriendo ligeramente.
- Mira puede que no nos conozcamos desde hace mucho tiempo pero creo que ahora puedo ver a través de esa máscara que te pones y que nadie nota. Algo pensaste que te hizo entristecer. – le dijo el rubio de manera seria.
- Solo estaba pensando en mis padres y las cosas que hacíamos mucho antes de que ellos murieran incluso Liam los conoció pero era muy pequeño mucho antes de que lo adoptaran.
- Me imagino que eran personas maravillosas porque tú eres así.
Mikael sonrió con cariño.
- ¿Quieres ir al pueblo? Hay un pequeño festival por el aniversario de mi coronación.
- Será un placer.
Mikael sonrió tomando la mano del rubio llevándolo lejos de los demás hasta su habitación donde el rubio solo alzó una ceja.
- No te preocupes tengo ropa de tu talla, tenemos que cambiarnos así llamaremos menos la atención además me gusta no resaltar con los demás.
Jackson asintió mientras recibía la ropa que el otro le daba.
- ¿Dónde puedo cambiarme? – le preguntó el rubio divertido al ver al gran emperador moverse como un niño emocionado.
- En el baño, yo me quedaré aquí.
Unos minutos más tarde ambos se habían escabullido hasta salir del palacio y entraron al pueblo donde Mikael de inmediato fue saludado por todos los que iban pasando pero al mismo tiempo le daban su espacio y eso le decía a Jackson que a pesar de que el emperador fuera amado por su pueblo ellos parecían respetarlo lo suficiente y tratarlo con normalidad que ni siquiera parecía de la realeza. Era algo extraordinario de ver.
- ¡Mikael! ¡Mikael! – gritó una pequeña de siete años de cabello castaño oscuro de ojos azules.
El castaño sonrió mientras tomaba entre sus brazos a la pequeña.
- Mi hermosa princesa. ¿Cómo estás? ¿Le has causado problemas a tus padres?
- Estoy bien tío Mikael, hago siempre lo que me dices. – le dijo la pequeña para luego mirar a Jackson e inclinar su cabeza ligeramente - ¿Quién es?
- Él es Jackson, un amigo mío muy querido. – le dijo Mikael guiñando un ojo hacía la menor.
- ¡Lau! – gritó una mujer de cabello azabache de ojos castaños, vestida con unos pantalones cafés y una camisa blanca.
- Mami, escóndeme tío Mikael. – dijo la pequeña ocultando su rostro en el cuello de castaño.
Mikael rio divertido mientras veía a la mujer acercarse y detrás de ella había un hombre de cabello castaño de ojos azules que solo sonreía mientras veía a la mujer.
- Laura te he dicho mil veces que no salgas corriendo y menos que interrumpas a tu tío cuando está en sus paseos. – le dijo la mujer.
- Tranquila Cora, no pasa nada además amo encontrarme con ustedes cuando salgo.
Cora Stillblade o mejor conocida ahora como Cora Bennet, hermana de Rowan Stillblade y duquesa del reino. Su marido Mark Bennet uno de los generales de la guardia real. Ambos grandes amigos del castaño siempre estuvieron a su lado y cuando le dijeron que se casarían fue el más emocionado y cuando nació la pequeña Laura quedo encantado y desde ese momento se ha dedicado a consentir a la pequeña que no solo era su sobrina sino que también su ahijada.
- Es bueno verte Mikael. – le saludó Mark dándole la mano al castaño.
- Lo mismo digo, me gusta verte de vacaciones pero debo decir que te extrañamos en el palacio más Scott aunque no lo diga, sabes lo mucho que te admira – le dijo Mikael divertido al recordar el rostro de su mejor amigo cuando le dijo que Mark se tomaría unas pequeñas vacaciones para estar con su familia.
- Scott puede arreglárselas sin mí. – miró a Jackson y se inclinó levemente – Un gusto conocerlo príncipe Jackson, soy Mark Bennet general de la guardia real.
- Un gusto príncipe, me llamo Cora Bennet. – hizo una ligera reverencia – Y la que está en brazos de Mikael es Laura nuestra hija.
- Mucho gusto, no tienen que ser tan formales. Tengo suficiente en casa, me gusta que en este lugar no sean así.
Cora asintió mientras que Mark sonrió, la pequeña Laura aún seguía en los brazos de su tío.
- Ella es la hermana de Rowan, claro que es más como su tío y no como el idiota de su hermano. – le dijo Mikael mientras sentía como Laura caía dormida entre sus brazos.
- No puedo creer que alguien tan hermosa e inteligente sea hermana de ese. – dijo Jackson frunciendo el ceño.
- Si, Rowan es un idiota y me alegra ya no compartir apellido con él. Lo que te hizo Mikael es imperdonable, está rompiendo la promesa que le hizo al difunto emperador. Noah debe de estar arrancándose el cabello con fuerza de la frustración.
- Si, mi padre haría eso pero ahora solo me queda soportar un poco hasta que sepa realmente que hacer.
Mark tomó a su hija entre sus brazos, la pequeña se aferró hasta el último momento a la ropa del castaño pero con un simple caricia lo soltó.
- Contigo es como una masita inocente, te adora demasiado y siempre puede relajarse a tu lado. – comentó Cora con cariño
- La amo y ella me ama, desde que era bebé tenemos una conexión especial. – dijo Mikael acariciando el cabello de la pequeño con cariño.
- Lo sabemos y estamos profundamente agradecidos de eso. – dijo Mark.
- Los dejamos para que sigan disfrutando de su día. – les dijo Cora con una sonrisa en el rostro.
Jackson y Mikael se despidieron de la pareja y siguieron caminando hasta que llegaron a un prado con un gran árbol en el centro.
- Este era el lugar favorito de mi madre, ella amaba venir aquí y cuando sentía que la vida del palacio era demasiado este era su refugio. Desde que murió se convirtió en el mío. – le dijo Mikael sentándose con su espalda sobre el tronco del árbol disfrutando de la sombra fresca que le daba.
- Es hermoso.
- Papá no vino a este lugar después de la muerte de mi madre. – suspiró con nostalgia – Cuando ella murió se alejó un poco pero luego se volvió realmente sobreprotector conmigo. – rio levemente – Fueron días divertidos pero entendía porque se portaba así.
- ¿Por qué lo hacía?
- Él decía que era la copia de mi madre y temía por mí. Mamá era un mujer realmente fuerte e inteligente pero su noble corazón era su debilidad aunque también su fortaleza pero muchos se aprovechaban de eso así que papá temía que yo fuera como mi madre y que las personas se aprovecharon de eso.
- Por lo que he visto si lo eres.
- No todo el tiempo Jackson, yo tengo algo que mi madre no. Ella no era capaza de asesinar a alguien o ser cruel, yo por el contrario no temo en acabar con la vida de alguien que me dañe a mi o a mi pueblo; no me tiemble la mano ni el corazón, hay sangre en mis manos y no me arrepiento de haber quitado alguna de esas vidas. – su mirada parecía haberse oscurecido – No dejaré que nadie me quite mi reino y no porque me importen las joyas y la posición sino porque me he esforzado junto con muchos otros para que este sea un lugar de paz donde todos puedan vivir tranquilamente.
Jackson solo pudo tomar la mano del castaño y regalarle una sonrisa.