- Santiago se adentro a su hogar para hablar con Lía, estaba decidido en aclarar el tema que los tenía discutiendo todo esa semana.
_ Lía, dónde estás?.- Grito fuerte y enérgico.
- Lía salió de la cocina, ella no mostró felicidad al ver a su padre, ya sabía para que la buscaba y se sentía fastidiada.
_ Debí suponer que estarías ahí, en fin, te espero en mi despacho.
- Lía movió su cabeza en negación.
_ No te pregunte Lía, es una orden.
- Porqué tiene que ser así?. - pensó Lía mientras seguía a su padre.
_ Bien siéntate. Me parece que ya sabes de qué te hablaré, he platicado con un socio y junto con su hijo están dispuestos a aceptar el compromiso. No es de un gran renombre pero su hijo es inteligente y me parece que pronto dará mucho de que hablar. - Santiago decía aquellas palabras con frialdad y como si estuviera cerrando cualquier negocio.
_ No me pienso casar!. - Dijo Lía con sus manos mostrando su enojo ante la situación.
_ Ya te dije que no te estoy preguntando!.
_ Pronto me iré de aquí y no sabrás de mí; no es necesario que me busques un compromiso.- Lía tenía ahorros que reunió de su trabajo, ella planeaba independizarse y dejar de vivir en ese supuesto hogar, vería a su madre y a su hermana pero se alejaría de su padre.
_ No digas tonterías, no irás a ningún lado!. Crees que voy a permitir que la gente diga que mi hija se hace cargo de esa cosa que llamas cafetería?. Peor aún, que vive con unos miserables ahorros?.
_ A mí no me importa lo que diga la gente!.
_ Pues a mí sí!. Mañana conocerás a tu futuro esposo, la familia Carcini vendrá a cenar y después daremos a conocer su compromiso. - Santiago se volteo ignorando las señas de Lía.
- Lía salió del despacho de su padre con las lágrimas que salían sin poderlas contener.
_ Li, Qué te pasa?. - Era Marcela que corrió a su hermana al verla bajar las escaleras y llorando a más no poder.
_ Mar, no es justo.
_ Y ahora que te hizo papá? No te preocupes, yo hablaré con él y todo estará bien. - Marcela abrazo a su hermana pero desconocía las verdaderas razones del llanto de su hermana. Ella acababa de llegar de un viaje por un curso de dos semanas, no sabía que su padre le estaba buscando un esposo a Lía.
_No creo que está vez puedas ayudarme, papá sobrepasó los límites.
_ A qué te refieres?.
_ Papá decidió arreglar mi compromiso con el hijo de uno de sus socios.
_ Eso no puede ser, cómo es que papá es capaz de hacerte algo así?.
_ Sabemos porqué, papá me odia.
_ No digas eso.
_ Sabes que es verdad.- Aunque su hermana lo quisiera negar, la realidad era que su padre no mostraba ningún tipo de aprecio hacía ella.
_ Voy a hablar con él, no me importa sus tontas ideas, no puedo permitir que te haga algo así.
_ Solo conseguirás meterte en problemas.
_ Entonces, qué sugieres?.
_ Esperemos a qué mamá llegué y ver cómo puedo salir de esto.
- Marcela acepto pero no se veía convencida, ella estaba decidida a ayudar a su hermana pero sabía que enfrentar a su padre sería difícil. Lo mejor era esperar a su madre quien ya no seguía órdenes de su papá desde hace mucho, quizás ella evitaba ese absurdo compromiso.
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- Lorenza había llegado al hospital, su amiga Stella estaba en la habitación de su hijo pero se encontraba más desconsolada.
_ Stella te encuentras bien?.
- Stella se abalanzó a los brazos de su amiga; su esposo le acababa de comunicar que estaban al punto de la ruina, Piero no podía esconderle algo tan importante a su esposa he iba en camino al hospital para estar junto a ella ante tal difícil situación.
_ Stella que ha pasado? Tú hijo ha empeorado? Necesitas algo?.
_ Lore estamos en la ruina. - Stella confesó a su amiga y comenzó a llorar desconsolada.
_ Pero qué dices? Eso no puede ser.
_ Pues si lo es, el contador de la Naviera nos ha robado, robo tanto dinero que estamos a punto de perderlo todo.
_ Tranquila, debe de haber una solución. Mi familia me dejó una buena herencia, quizás yo te pueda ayudar. - Lorenza tenía una pequeña fortuna que no estaba incluida en las acciones que su padre dejo a cargo de su esposo, ella le había ofrecido ese dinero a Lía pero ella no lo acepto porque quería conseguir sus sueños con sus propios medios, al igual que su pequeña Marcela quien contaba con el apoyo de su padre.
_ Enserio Lore?. - Miro a mi amiga y no podría sentirme más agradecida con tenerla en mi vida, nos conocemos hace tanto que siempre ha estado ahí para mí. Siempre me he preguntado cómo Santiago nunca ha podido ver a la grandiosa mujer que está a su lado.
_ Quizás no sea mucho pero puede ayudarlos algunos meses, al menos en lo que encontramos una solución.
_ Gracias por siempre estar.
_ Tú has estado conmigo cuando más lo necesite.
_ Aún así no pude evitar que te casarás con el ciego de tu marido.
_ En eso yo tuve mucha responsabilidad, me aferre a un amor que nunca existiría.
_ Pues él siempre será un idiota por no ver a la grandiosa mujer que está a su lado.
_ Ahora no necesito que él lo vea, ya entendí que lo soy. Me tarde en verlo pero al final logré entenderlo.
_ Eso no me lo esperaba Lore.
_ Sabes Stella? He pensado en por fin pedir el divorcio.
_ Hablas enserio Lorenza?. Stella la miro con asombro, no podía creer lo que su amiga decía, ella jamás había querido dejar a Santiago.
_ Sí, creo que ya es momento. Mis hijas ya no son una niñas y pronto se irán y harán su vida.
_ Entonces no puedo aceptar tu ayuda, tú necesitas más ese dinero, conociendo a Santiago te dejará sin nada.
_ No te preocupes, él no puede dejarme sin nada. El acuerdo que hizo con mi padre fue claro con lo que me corresponde, por lo mucho tendré que trabajar en la empresa y la verdad eso es algo que me emociona hacer.
- Lorenza se había casado con Santiago por un acuerdo entre ambas familias; en un inicio ella se negaba pero después vio a Santiago y un remolino de emociones se juntaron directo en su corazón, ella se enamoro a primera vista y decidió aceptar aquel matrimonio, pero no contó con que Santiago tuviera otro amor con el cual no había logrado ser feliz pues tuvo que dejar a su novia para casarse con ella.
Eso provocó un matrimonio lleno de rencor y desprecio, ella se había propuesto enamorarlo pero nunca logro su cometido, después se enteró que Alicia, la ex de Santiago, se había suicidado al saber que él la había dejado para casarse con alguien más, Santiago la culpo y Lorenza no tuvo más que resignarse a qué su esposo nunca la amaría.
El tiempo había pasado y ella se sentía culpable por no haber tomado otras decisiones, pero estaba enamorada y tenía miedo de enfrentar a su familia, ahora las cosas eran diferentes y ella estaba dispuesta a cambiar su situación y tratar de hacer las cosas bien.