A tus pies.

Capitulo 15.

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- Lorenza tenía una emoción indescriptible, tenía solo una noche de haber iniciado con su futura nueva vida y se había ido a su nuevo apartamento. La noche anterior había desocupado la enorme casa que por mucho tiempo fue su hogar, decidió no llevarse nada más que algunos álbumes de fotos con todos los recuerdos que tenía de sus hijas; ahora esperaba entusiasmada en la cafetería de Lía a Stella, quería contarle a alguien como se sentía y después poder hablar con Lía y Marcela.

_ Lorenza!.

_ Oh Stella!. Por fin llegaste.

- Lorenza no pudo evitar abrazar a Stella mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.

_ Lorenza estás bien?. Qué a pasado y por qué lloras?.

_ Por fin lo hice Stella!.

_ Qué fue lo que hiciste?.

_ Le he pedido el divorcio a Santiago!.

_ Qué?. Sentemos, necesito que me cuentes todo.

- Lorenza comenzó a contar lo sucedido a Stella, sus sentimientos estaban a flor de piel pero no había una pisca de tristeza, se sentía más fuerte, capaz y libre.

_ Jamás creí que enserio te divorciarías de Santiago, sé que me habías contado de tus planes pero ahora veo que era enserio.

_ Yo tampoco me creía incapaz, fueron demasiados años rogando solo un poco de su amor, pero entendí lo equivocada que estaba por creer que eso algún día iba a pasar, peor aún, por querer conformarme con tan poco.

_ Supongo que Santiago no se opuso.

_ De hecho fue todo lo contrario.

_ No acepto?!. Eso es nuevo...

_ Se puso como un loco.

_ Entonces quizás él...

_ Ni siquiera lo digas Stella, ambas sabemos que tus suposiciones son algo imposible, la única razón por la que Santiago rechazaría el Divorcio es por no estar en boca de toda la gente de clase que nos rodea, pero a mí no me importa el que dirán ni lo que piensen esas personas, aún estoy a tiempo de ser feliz.

_ Tienes razón y cuentas conmigo, has estado ahí en los momentos más difíciles de mi vida, ahora estaré para ti. Piensas seguir con tu plan? Entraras a trabajar a la empresa?.

_ La empresa en parte es mía y es momento que me haga cargo de lo que me corresponde, mi madre convenció a mi padre de dejarme acciones que le pertenecían a mi familia antes de que ambos murieran, así que me haré cargo de ello.

_ Ambas sabemos lo difícil que es Santiago, crees que te hará complicadas las cosas si entras a la empresa?.

_ Estoy segura que hará todo lo posible para que mi estadía ahí sea un infierno, pero tampoco le pondré fáciles las cosas, está vez será distinto.

- Lorenza se sentía más decidida que nunca, por fin se enfrentaría a Santiago en un ámbito que él manejaba a la perfección, pero aún así no dejaría sus planes a un lado.

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_ Santiago tienes que calmarte!.

_ Cómo me pides eso Piero, acaso no escuchaste lo que te acabo de decir?. No ves los documentos?.

_ Escuché y ví todo, pero alterandote así no solucionarás nada.

_ Ya no hay nada que pueda solucionar, ella me dejara y yo...

_ Santiago tienes que calmarte, suelta esa botella y toma asiento. Haz bebido demasiado.

- Santiago tomo asiento pero no soltó la botella, había perdido la cuenta de cuánto había bebido. La noche anterior después de destrozar todo lo que encontró en su despacho, decidió calmarse y salir a buscar a Lorenza, pero todo empero al darse cuenta que ella no estaba y aunque sus cosas se encontraban en su habitación, él sabía que ella ya se había ido para no volver.

_ No firmaré el divorcio.

_ Santiago las cosas pueden ser más difíciles para tí si no firmas esos papeles.

_ Crees que las cosas pueden ser peor?. No aceptar ese divorcio es lo único que me puede mantener unido a ella.

_ Santiago no estás pensando con claridad. Analiza las cosas bien, quizás este sea el mejor momento para empezar de nuevo, para permitirle a ella y permitirte a ti empezar una nueva vida.

_ Me pides que la deje ir?. Piero yo la amo, la amo más que a mí mismo. Se que me equivoqué demasiado, le falle a ella, a mis hijas y mí; nada de lo que haga podrá redimir mis errores pero te juro que estoy dispuesto a todo para no perderla.

- Por primera vez Santiago dijo lo que nunca quiso aceptar, aquello que por muchos años escondió y juro no sentir. Piero lo miraba mientras Santiago le contaba entre lágrimas la historia del cómo se enamoro de Lorenza, aquella primera vez que la vio y sus ojos no podía creer que alguien como ella existiera, pero tenía una promesa que cumplir a su primer amor, prometió despreciar a su futura esposa y huir con ella, desafortunadamente no pudo cumplir con sus palabras y al confesar lo que sentía solo provocó la mayor de las desgracias. El primer amor de Santiago, aquella bonita joven no pudo resistir al saber que Santiago había quedado completamente cautivado por aquella mujer que le había prometió despreciar, la decepción y desesperación la llevo a tomar la decisión de quitarse la vida; Santiago segado por el sentimiento de culpa decidió hacer responsable a Lorenza de aquella desgraciada y él mismo vivir silenciando todo lo que en realidad sentía.

_ Santiago, lo que pasó no fue culpa de Lorenza y tampoco tuya!. Te das cuenta de lo que hiciste? ustedes pudieron ser felices, en realidad la amaste desde el primer momento que la viste tanto como ella te amo a tí.

_ Lo sé Piero, lo sé. Dime qué debo de hacer? no puedo dejarla ir, no así.

_ Tienes que decirle la verdad Santiago.

_ Y si ella no me perdona?.

_ Santiago ella ya decidió alejarse de ti, nada entre ustedes puede salir peor de lo que ya está. Lo único que te queda es ser lo más sincero y honesto que puedas, no se si Lorenza te dará otra oportunidad pero al menos merece que te disculpes y que le digas la verdad.

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- Lía esperaba en la habitación mientras la enfermera que había llegado ayudaba a ducharse a Leandro; había marcado a Stella en varias ocasiones pero iba directo a buzón, necesitaba ir a su cafetería y atender algunas cosas.

La enfermera salió y pidió a Lía entrar.

_ Señora, su esposo me ha pedido que pase a vestirlo ya que no quiere que yo lo haga.

_ Cómo?. - La enfermera entendía perfectamente a Lía.

_ Así es señora, supongo se sentiría más cómodo si usted lo hace. También ha pedido que sea usted quien lo duche, hoy me ha permitido hacelo a mí pero dejo claro que sería la última vez.

- Lía estaba confundida y su rostro se sentía caliente; antes cuando Leandro se encontraba en coma el tema de la limpieza no era incómodo, pero ahora él estaba conciente y la situación era distinta.

_ Esta bien, me haré cargo.- Dios puedo sentir la vergüenza en mi rostro, ni siquiera podré mirarlo a los ojos .

- Los nervios de Lía eran evidentes pero no había opción, decidió entrar al enorme baño y ahí estaba Leandro, completamente desnudo y aún mojado.

Lía cubrió sus ojos y tomo una toalla la cual extendió de inmediato para poder cubrir lo evidente.

_ Lía, dudo que con los ojos cerrados puedas vestirme.

_Si puedo.- Lía se giró y en el empañado espejo logro escribir.

- Después de un rato Leandro quedó listo mientras las sonrojadas mejillas de Lía hacían evidente su sentir, Leandro trataba de ocultar la sonrisa que le provocaba el ver a Lía de esa manera. Al salir del baño Lía tomo lápiz y papel.

_ Necesito salir un momento, no tardaré.

_ A dónde vas?.

_ Tengo que hacerme cargo de algunas cosas de mi cafetería.

_ Bueno, entonces te acompañaré.

_ Enserio?.

_ Claro, me gustaría conocer lo que haces.

_ Leandro quería comprobar con sus propios ojos que Lía le decía la verdad o solo había inventado todo para llegar a agradar a Santiago.