Capitulo 16.

1023 Words
- El camino a la cafetería era silencioso pero extrañamente no era incómodo, al menos no para Leandro quien se seguia sorprendiendo por cada actuar de Lía. Ahora ella manejaba su propio auto el cual no era nada ostentoso, a diferencia de lo que Leandro creía que haría, creyó que Lía tendría a su chófer, un auto lujoso y cero habilidad para manejar, pero fue todo lo opuesto. Lía se detuvo, por fin habían llegado a su destino. _ Es Aquí?. _ Sí!. - Lía confirmo con su rostro el cual reflejaba la felicidad que le provocaba estar ahí. - El lugar se veía sofisticado, colorido, alegre, cómodo, calido y daba una sensación de tranquilidad y paz. Era como sentir la presentación de Lía en cada rincón de la cafetería. _ Jefa, que gusto verla!. - Leticia era la encargada de recibir a los clientes, se sentía feliz de poder ver a su jefa y también amiga, aunque ahora venía acompañada. _ Leticia!. También me da gusto verte, iré a la mesa principal y después veré el menú, avísale al chef Octavio que estoy aquí. _ Porsupuesto jefa!. -Al entrar Lía acomodo bien a Leandro ayudándolo a cambiar de la incomoda silla de ruedas a un lugar mas relajado, mientras Lía trataba de hacerlo sentir comodo, Leandro se percataba el como la personas, en específico los hombres dentro del lugar miraban a Lía, aquellas miradas lo comenzaron a hacer sentir molesto, el propio personal de la cafetería mostraban el gusto que les provocaba ver a su jefa de regreso al trabajo, cada persona parecía estar preparada para entender a Lía sin ninguna dificultad, pero una persona en particular parecía más feliz y entusiasmado que los demás. _ Mi hermosa pelirroja, feliz de ver ese precioso rostro!. - Octavio era el Chef encargado, aunque Lía deseaba tener el control completo de las preparaciones para su clientela, la realidad es que no podía llevarlo todo ella sola y la mejor persona quién podría encargarse de ese papel era su gran amigo Octavio. Octavio García había estudiado con Lía, era un hombre bastante atractivo de cabello oscuro, ojos grises, piel blanca, cuerpo grande, atlético y mostraba una enorme seguridad, también era un hombre coqueto que no se limitaba en resaltar en elogios los atributos hacia Lía. _ Octavio!. - Lía abrazo a Octavio y casi de inmediato lo presento a Leandro quien parecía estar algo molesto. Ambos hombres se saludaron sin mucho ánimo pero siendo cordiales; Octavio era una de las pocas personas que sabía bien la historia de como se dieron las cosas entre Leandro y Lía, se seguía sintiendo en desacuerdo en que su gran amiga aceptara aquella propuesta, pero tampoco deseaba llevarle la contra y Lía parecía sentirse segura de su decisión. _ Iré a la cocina, necesito supervisar algunos platillos. Si necesitas algo puedes pedírselo a cualquiera de aquí, me avisarán y me haré cargo.- Lía continuaba escribiendo cada palabra para hacerse entender. _ Irás sola con ese tal Octavio?. _ Es el chef del lugar y hay más personas dentro de la cocina. _ Bien entonces iré contigo!. _ Seguro?. No te será incómodo?. _ Para nada, voy contigo. - Lía no sabía que pensar, por momentos Leandro la miraba con indiferencia como lo hizo en el hospital, también la había acusado de ciertas cosas una noche anterior, pero ahora parecía estar realmente interesado en conocer lo que hacía. _ Bien. - Aquella cocina era enorme, Lía llevo a Leandro a un lugar cómodo y alejado lo más posible del calor. _ Iré a encargarme de algunos asuntos. - Leandro comenzó a ver cómo Lía tomo el control de todo el lugar, todo el personal ponía absoluta atención a cada señal y gesto que Lía mostraba, en tan solo unos minutos exquisitos postres quedaron terminados, el olor a café se percibía de manera increíble y Leandro parecía haberse sumergido en cada movimiento que Lía hacia, observando su caminar y el movimiento de sus caderas que resaltaban con aquel vestido, le era tan difícil no verla que incluso aquel plan impuesto por Franchesca parecía dejar de importar. _ Y yo que pensé tendría que entrometerme para aclarar tu mente hermano!. _ Fabrizio!. Qué haces aquí?. - No tenía mucho que Fabrizio había llegado, solía frecuentar la cafetería de Lía pues amaba el café y comida de ese lugar; su amistad con Lía era tan cercana que incluso el personal de la cafetería lo conocía. En cuanto llego reconoció el auto de Lía, así que decidió ir directo a la cocina del lugar ya que sabía que ahí se encontraría, pero se llevó una enorme sorpresa al ver a Leandro quien parecía haber caído en una especie de hipnosis mientras miraba a Lía. _ No tengo mucho que llegue pero reconocí el coche de Lía y sabía que estaría aquí. _ Simplemente te dejaron pasar?. _ Soy gran amigo de la dueña de este lugar, osea de tu esposa por lo que puedo entra aquí incluso si está cerrado. _ Veo que se llevan bien. _ Sigues siendo mi amigo preferido, pero tengo que reconocer que tú pelirroja sabe cómo cautivar un corazón tan frío como el mío. _ Creo que tú corazón no es el único que ha cautivado, ese tal Octavio no deja de mirarla y que tal los clientes que piden verla para agradecerle por el café!. _ Hermano lo veo y no lo creo jajajajajajaja... _ Qué es lo que es están gracioso Fabrizio?!. _ Jamás te había escuchado hablar así Leandro, creo que estás celoso. _ De qué hablas?!. Estás diciendo solo estupideces, no tengo un solo motivo para estar celoso de una mujer que ni siquiera conozco. _ Si tú lo dices, fingire creerte. _ Hablo enserio Fabrizio!. _ Bien, bien... lo tu digas hermano!. **** - Franchesca bajaba de su nuevo y lujoso auto, había decidido ir a la cafetería que varias amigas le habían recomendado, aunque no debía exceder sus gastos pues su situación era difícil, aún así había decidido rentar su exclusivo auto para así volver asentarse al mundo de clase que estaba acostumbrada.
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