A tus pies.

Capitulo 10.

- Lía se sentía aún más nerviosa, ese día sería trasladado Leandro a su casa y también le contarían lo que había sucedido mientras él estaba en coma. Leandro había pasado ya casi tres semanas en el hospital, aún le costaba hablar y no recordaba del todo las palabras, también sus sentidos se encontraban afectados y las terapias serían complicadas.

Para ese momento todos los medios habían esparcido la noticia de que el hijo de los Fontana había vuelto de coma, y aunque se sabía que era casado, nadie sabía cómo es que se había dado una relación entre Leandro y su esposa, la cual no era conocida y su identidad había sido ocultada.

Franchesca estaba atenta a los medios, jamás se imagino que Leandro volvería a despertar, en ese momento tanto ella como Flavio se encontraban en una situación económica difícil, pero al parecer su solución había llegado.

_ Sigues viendo las noticias?.

_ Creo que sabes bien que es lo que estoy viendo.

_ Qué es lo que estás tramando Franchesca?

_ No lo ves amor, aquí está la solución a todos nuestros problemas.

_ Se te olvida que mi primito ya está casado.

_ Y a ti se te olvida que ni él a de saber que lo está.

_ Porqué estás tan segura de eso?.

_ Conozco bien a mis ex suegros y tú deberías conocerlos mejor, pero conozco más a Leandro y estoy segura que no tomaría a bien el saber que sus queridos padres lo casaron con quién sabe quién.

_ En eso tienes razón, lo más probable es que esperen un poco de tiempo a que él se encuentre mejor.

_ Bueno, pues es el mejor momento para regresar. Si corremos con suerte y ellos no le han dicho nada, es mi oportunidad para volver con él y aprovechar su farsa.

- Franchesca tenía claro que Leandro le creería cada palabra que ella dijera.

****

- Lía miraba el reloj con impaciencia, Stella le había pedido esperar en casa para darles oportunidad de platicar con su hijo, pero nadie contaba que sería Franchesca quien llegaría antes que ellos.

Leandro sintió como alguien besaba su mano, abrió los ojos lentamente y por fin, frente a él se encontraba Franchesca con los ojos llorosos y mostrando una falsa vulnerabilidad.

_ Franchesca, por fin estás aquí.

_ Lamento no haber venido antes mi amor.

_ No te preocupes, lo importante es que estás aquí. En un momento vendrán mis padre y podremos irnos a casa.

_ No creo que eso sea posible Leandro.

_ A qué te refieres?. Claro que es posible, si te refieres a porque cómo me ves en este momento, no te preocupes yo solo necesito de terapias y con tu ayuda sé que lograre volver a ser el mismo que era antes.

_ No me refiero a eso Leandro, a mí no me importa si estás en esta cama yo estoy dispuesta a acompañarte toda la vida. Creo que tus padres no han contado lo que sucedió mientras estuviste inconsciente.

_ Qué fue lo que sucedió?.

_ No sé si es correcto contarte, no quiero que odies a tus padres o a mí por esto.

_ Sabían que algo me han estado escondiendo. Por favor amor, tienes que decírmelo.

_ Está bien, te lo contaré todo pero promete que no serás cruel con nadie.

- Franchesca decidió contarle una historia completamente distorsiona a Leandro de como habían pasado las cosas. Una historia donde Lía era una mujer desdichada que le habría pedido a su padre que se aprovechara de los Fontana durante su desdicha para así lograr casarse con Leandro; Franchesca supuestamente había sido amenazada por el padre de Lía y le habían puesto una trampa para quedar mal ante Stella y Piero para así no poder pedir su ayuda. Ahora Franchesca era una víctima de Lía ante los ojos de Leandro, mientras que su padre y madre estaban siendo manipulados y engañados por el padre de Lía.

_ No puedo creerlo.

_ Amor, tienes que estar tranquilo. Te tenía que contar todo esto porque mereces saber la verdad; quiero que sepas que yo nunca perdí la esperanza de que volvieras a despertar y ahora que estás aquí sé que todo volverá a estar bien.

_ No te preocupes Franchesca, me encargaré de que todo vuelva a ser como antes y de esa familia pague por dañarte y aprovecharse de mi familia.

- Franchesca había logrado su cometido, ella desconocía lo que en realidad pasaba con ambas familias pero tenía amistades quienes suponían lo que había sucedido entre aquel acuerdo. Ahora solo tenía que esperar qué cada parte de su historia se relacionara por si solq con la versión de los Fontana y así atar cabos.

****

_ Sabes que hoy Piero hablara con su hijo?.

- Lorenza salto del susto al escuchar a Santiago entrar a su habitación.

_ Porqué nunca tocas Santiago?.

_ No le veo razón para hacerlo. No has respondido mi pregunta.

_ Sí, se que hoy Stella y Piero le contará. todo a su hijo Leandro.

_ Cómo crees que lo tome?.

_ Conozco a Stella pero no tanto a su hijo. No sé cómo reaccionara ante la noticia de que está casado, pero creo que en cuanto sepa que no tiene ninguna obligación con Lía y también se entrere por la situación que pasaban sus padres en ese momento, quizás lo vea de otra manera.

_ Has hablado con Lía?.

_ Sí.

_ Ella ya sabe que puede volver a esta casa?.

- Lorenza miro a Santiago completamente sorprendida, nunca espero que él dijera aquellas palabras.

_ No te importaría que Lía regresará y que incluso se divorciara.

_ Sé que quizás no me creas, pero en realidad no me molestaría que mi hija volviera aquí. Cómo ya te había dicho antes, estoy cambiando muchas cosas de mí y lo estoy haciendo lo mejor que puedo.

_ Me sorprendes Santiago.

_ No creías cuando te decía que enserio me estoy esforzando para cambiar.

_ Una cosa es oírte decirlo y otra verte haciéndolo. Creo que a nuestra hija le dará gusto conocer ese lado de ti.

_ Eso espero y también espero que no sea a la única que le guste.

- Santiago miro a Lorenza de tal modo que la puso nerviosa, comenzó a acercarse lentamente a ella y junto su frente con la suya, la tomo de la cintura con ambos brazos y la atrajo a su cuerpo.

_ Qué haces Santiago?.

_ Solo quiero estar así un momento, solo un momento.

- Santiago undio su cabeza en el cuello de ella, olió su delicado aroma y sintió la calidez y cercanía de su cuerpo. Deseaba tanto tenerla de esa manera que se quedó ahí, en silencio por un buen rato.