Emily Había pasado unas cuarenta y ocho horas de infierno, la empresa era un caos gracias al evento, algunas modelos se enfermaron y tuve que conseguir remplazos de último momento. Estaba estresada, triste y tenía el estómago cerrado. Si las cosas no salían bien, estaba en peligro mi puesto en la empresa o al menos yo lo creía así. Sabía que estaba mal ponerme tanta presión, pero era necesario, mi padre podía solo con todo esto, si bien mi mamá hacia una parte del trabajo, el sesenta por ciento de las obligaciones siempre recayó en él. Necesitaba hacerlo bien, no solo por ellos, por mí, necesitaba saber que podía manejarlo. Corrí de un lado al otro del salón mientras espera a mi hermano y m