Dos meses más fueron pasando hasta que ella ya se había ubicado en unos suburbios de otra ciudad recolectando envases y consiguiendo a veces un poco de comida y dinero para sobrevivir, no hablaba con nadie, solo estaba con los animales de la zona y dormía en lugares donde nadie la viera, llegó a robar con éxito en un par de ocasiones para conseguir comida y darles a otros niños que ya había visto en el camino.
Una tarde, fue a una zona que le recomendaron unos pequeños para recolectar envases y cartón, pues según le dijeron, allí muchas personas solían sacar bastantes productos. Estuvo recorriendo varias casas recogiendo los envases, al llegar a una en específico pensó que no había nadie como en las otras, pero un joven de unos doce años la vio revoloteando en la basura y se le acercó un poco.
-No creo que sea buena idea hacer eso, hay unos vasos rotos y puedes cortarte-
Ella se sobresaltó al ser sorprendida por el joven y tomó una posición defensiva.
-No tengas miedo, no voy a lastimarte, solo te vi y quise advertirte, imagino que vives en un lugar muy pobre o en las calles ¿tus padres están cerca? ¿acaso tienes hermanos o hermanas? – le preguntó con una sonrisa en su rostro.
Ella solo se limitó a negar con su cabeza, recogió las cosas que había sacado, acomodó de nuevo la basura y procedió a irse rápidamente, éste le gritó intentando alcanzarla, pero ella fue más rápida y lo perdió de vista.
El joven quedó intrigado por la pequeña, tenía algo en su mirada que lo hacía querer conocerla, así que estaba pendiente por si volvía a su casa o la veía cerca de la zona, pero no fue así. Esa noche se quedó pensando en la niña, al no poder dormir llamó a su mejor amigo y hermano Robert que se encontraba en otra ciudad.
Liam
-Es extraño que me llames a esta hora, ¿pasó algo con Marcus o contigo?-
-Hola para ti también y no, no pasó nada malo o eso creo, es que no sé qué hacer con algo que ocurrió hoy en la mañana-
-¿Qué hiciste ahora?-
-Deja de pensar que hice algo malo, lo que pasó es que había salido un momento al patio y vi a una niña buscando algunas cosas en el basurero, quise hablar con ella, pero salió huyendo-
-¿Solo eso? Vamos Liam, no me llamarías a esta hora solo para contarme que viste a una niña sin hogar recoger basura, algo más debió pasar-
-En realidad solo pasó eso, pero fue extraño, cuando me vio era como si me sintiera atraído, igual que una mosca a la miel-
-Eres un pervertido, deja tranquila a la pequeña-
-Ash, deja de ser tan idiota, admito que es linda a pesar de cómo luce, pero no la veo de esa forma, aunque sí tiene algo que llama mi atención-
-¿Y cómo es o qué llama tu atención de ella?-
-Se veía bastante sucia y tenía ropa que no era de su talla, pero a pesar de eso es hermosa, se notaba que su piel es muy blanca, un rostro angelical, sus labios estaban un poco partidos y rojos, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos negros, tiene una mirada sombría, es como si tuviese mucho odio o rencor por algo-
Escucho un suspiro al otro lado y ya creo saber lo que me dirá.
-Liam, sé que tienes un fuerte complejo de súper héroe, pero quizás ella ha pasado por algo malo y no confía en otros, tal vez las personas con las que vive no la tratan bien, lo mejor es que te alejes de ella-
-Sabía que dirías eso, pero no puedo dejar de pensar en ella, tal vez pueda hacer algo para ayudarla, no lo sé-
-Te recuerdo que solo estarás allí una temporada, ¿qué pasara después cuando te vayas? ¿acaso crees que Marcus la recibirá como si nada? Liam, ella debe tener a alguien que se preocupe por su bienestar, no te metas en su vida-
Me resigné ante esas palabras, quise cambiar de tema inmediatamente para no tener que pensar más en ella y decidimos hablar de cosas triviales. Antes de finalizar la llamada, Rob me afirma que sabe que igual voy a buscarla y que tenga cuidado de no llegar a lastimarla.
Lo que resta de la noche me quedo pensando en lo que hablé con él y en la mirada de la niña, Rob tiene razón, debió o debe estar pasando por algo muy malo para que sea así, de hecho, es parecida a él en cierto sentido, quizás sus padres también murieron, quizás una hermana o un hermano fue el que murió; no lo sé, mil preguntas pasan por mi cabeza hasta que el cansancio me gana quedándome profundamente dormido.
A la mañana siguiente me levanto temprano, mi padre había dejado una nota en la cocina diciendo que llegaría en unas horas y que desayunara, aproveché para preparar un emparedado y serví un jugo, guardé todo mientras comía y al terminar, fui al patio para ver si ella llegaba.
Estuve esperando toda la mañana a que apareciera, pero no lo hizo, para el medio día que llegó mi padre me invitó a que fuésemos a ver un partido de basket de mi equipo favorito, todo era genial la comida, el juego y aun así no podía tener la cabeza para ello porque pensaba en esa niña.
-Liam ¿estás bien? Estuviste distraído todo el juego-
-Sí es solo que no pude dormir bien anoche y estoy sin ánimo, lo siento-
-No te preocupes, al menos no te perdiste de nada, mejor vamos por una hamburguesa con papas-
Nos dirigimos a un local y traté de entretenerme hablando con mi padre para no tener que darle explicaciones de lo ocurrido, aunque es mi padre y lo quiero, no me gustaría que llegara a lastimarla o que le diga algo para alejarla.
.........
Cinco días después ella regresó, Liam la había visto a lo lejos y apagó todas las luces para que ella no pensara que había alguien en casa, esperó a que se acercara y antes de empezar a buscar en la basura se decidió a hablarle.
-Hola otra vez, por favor no te vayas, solo quería darte esto-
Estaba un poco nervioso, pero de forma amable le dejo lo más cerca que pudo, un plato con algunos sándwiches y un vaso de jugo
–Por favor come, no quiero hacerte daño, si me lo permites solo quiero ser tu amigo, o si quieres puedes venir en el momento que lo desees, así podría prepararte más-
Ella con algunas dudas por dentro se quedó mirándolo mientras se acercaba lentamente hasta la comida, la tomó y se alejó de nuevo rápidamente, aunque esta vez el joven no la siguió para no asustarla otra vez
-Supongo que esto tomara un poco de tiempo-
Dijo para sí mismo mientras se rascaba la cabeza, aunque con una sonrisa en el rostro al lograr su cometido, pues al menos esta noche ella no dormiría con el estómago vacío.
A la mañana siguiente cuando despertó y salió a leer un poco en el jardín, se dio cuenta que estaba el plato y el vaso que se había llevado la pequeña junto a una chocolatina, él sonrió como nunca antes y miraba a todos lados intentando encontrarla, pero no estaba.
Desde ese día él preparaba comida y servía jugo esperando al anochecer hasta que ella llegara dejándolo en el mismo lugar, a veces ella aparecía y otras no, él solo la veía tomarlo e irse rápido y a la mañana siguiente encontraba todo en el patio junto a algún caramelo.
Así pasaron dos semanas cuando el joven decidió hacer una jugada arriesgada, esta vez esperaría e intentaría entablar una conversación con ella, al menos intentaría saber cuál era su nombre. Al llegar ella, él estaba con dos platos de comida y dos jugos, ella se acercó a tomarlo y ya iba a irse cuando él la detuvo intentado mantener lo mejor posible la calma.
-Por favor no te vayas, esta vez he preparado dos platos para que comamos juntos, me gustaría que me acompañaras-
Dijo con el mayor anhelo en lo que su corazón latía fuertemente, la pequeña lo miró un momento y luego se sentó en el suelo manteniendo la distancia con él, éste supuso que aún no confiaba del todo, pero ya había obtenido un avance grande.
Los dos comieron sin decir una palabra, una vez terminaron, la pequeña recogió todo, dejó un caramelo como siempre y se paró dispuesta a buscar los envases para después irse.
-Espera, amm mi nombre... mi nombre es Liam, si quieres, me gustaría seguir comiendo contigo, es más, esta vez te ayudé un poco recolecté algunas botellas, cajas de cartón y demás por si te sirve- le dijo y luego dejó una caja con las cosas cerca de ella.
-¿Podrías decirme tu nombre?-
Ella agachó la cabeza un poco confundida, nunca había tenido un nombre así que solo se limitó a negar con su cabeza, recogió la caja y se marchó sin correr esta vez, sin embargo, Liam no se rindió y recordó las palabras de Robert.
-Disculpa si te hice sentir mal, solo quería saber tu nombre, espero que igual quieras seguir comiendo conmigo, aunque no digas nada te considero mi amiga, no dudes en volver cuando quieras-
La niña giró su cabeza ante esas palabras y lo vio moviendo su mano en señal de despedida y una gran sonrisa, a lo que le correspondió con el mismo gesto, pero de forma seria.
De esa manera los niños se fueron haciendo amigos poco a poco, Liam siempre era el que hablaba y ella le escuchaba atenta, sabía que si quería respuestas, debía formular la pregunta correcta cuya respuesta fuese de sí o no, para conocerla un poco más.
Pasaron un par de semanas y ella iba todas las noches sin falta, le llevaba un caramelo a Liam y él tenía lista la comida para ambos. Pero, nada los preparó para la fatídica noche en que cambiaría la vida de ambos para siempre, arrastrando a la familia de Liam a una espiral de decisiones que terminarían fragmentando a sus miembros de muchas maneras.