Zuna se quedó mirando a un punto fijo, de pronto, una sonrisa maliciosa se formó en sus labios —Espera y verás—, murmuró para sí sola. Planes perversos cruzaron por su mente, lo podía ver en su cabeza como si ya estuviera pasando. Pronto, muy pronto sería multimillonaria, y lo más maravilloso, era que amaba a su esposo. Teniendo dinero y amor, sería muy feliz. La siguiente semana, Greibiel, de apariencia imponente, se encontraba de pie junto a la ventana, vestido de n***o para su inminente boda. Sus ojos azules reflejaban la incertidumbre y la tristeza mientras observaba el mundo exterior con una mirada distante. Soltando un profundo suspiro se preguntó en su interior “¿Qué estoy haciendo?” Guardando las manos en sus bolsillos se dirigió al vestidor, miró su propia apariencia en el es