Días después Roma, Italia Josh —¡Vaya! Yo creyendo que volverías mínimo sin una pierna y en vez de eso te encuentro bronceado y con una enorme sonrisa. No cabe duda de que los contactos ayudan mucho —recibí un fuerte abrazo de Elio siendo la mejor bienvenida. —Por un momento creí lo mismo, pero fueron las mejores vacaciones de mi vida… a pesar de todo… —¿Monteiro? —asentí—. ¿Cigarrillos y cervezas? —Por favor y gracias. —Solo lo mejor para mi querido stronzo. Le conté lo ocurrido en los días que estuvimos en Sicilia, claro que no pude dar detalles de Angelus por orden de Claude, pero sí le comenté lo que pasó con Monteiro esa noche. El resto de los días hasta nuestro regreso mantuvo la distancia con nosotros, se enfocó en trabajar en alguna parte de la mansión o salía con Enrique y