Monteiro Anoche por mucho que quise me fue imposible dormir, ni siquiera el haber estado todo el día por fuera cumpliendo la insoportable penitencia de Claude (la cual consistió en dejarme bajo el sol mientras le buscaba conchas marinas como un idiota) me dejó lo suficientemente agotado para pegar el ojo aunque fuese una hora, así que decidí dar un paseo por la mansión divisando en la distancia a Chris y Alma en la playa saboreando su luna miel. Estaba muy feliz por ambos, pero mi felicidad se apagó cuando minutos después llegué a la piscina guiado por un extraño ruido, mismo que supe identificar al quedar más cerca encontrando a Josh y Nilo teniendo sexo en una de las sillas. Tan pecaminosa imagen retornó el recuerdo de lo ocurrido en Angelus conflictuándome entre el placer, la culpa y