Nilo Al sentir el sol en la cara, me levanté en silencio para no despertar a Josh en lo que buscaba a Monteiro y a su vez intentaba comprender tan particular ola de emociones que permanecía dentro de mí, mas fue al llegar a la sala cuando divisé su silueta a contraluz mientras él observaba el paisaje por la ventana, parecía un lobo solitario en tan melancólica imagen. —¿Padre? —por primera vez noté el humo de un cigarrillo salir de él. Monteiro jamás había fumado, lo máximo era beber alcohol y solo ocurría cuando el estrés, la ansiedad o algo muy malo ocurría, por lo demás era un hombre pacífico y de buenas costumbres… dejando de lado el sadismo en la cama claro está. —¿Está bien? ¿Necesita algo? No respondió enseguida, sino que permaneció en la misma posición dándole una última cala