Vicenzo Para que Santino disfrute de sus últimas semanas de vacaciones, Luciano y yo lo trajimos a Cartagena, uno de los principales destinos turísticos de Colombia. Si eres extranjero y vienes de visita a Colombia y no te pasas por Cartagena, entonces en realidad no estuviste en Colombia. Papá me dijo que tenga cuidado. No vaya a ser que justo nos encontremos con algunos italianos que nos reconocieran, pero, de todas maneras, nada pueden hacernos. Luciano y yo estamos cobijados por un asilo político, y, a menos de que la Interpol quiera violar eso junto con la soberanía de este país para arrestarnos, pues Luciano y yo podemos ir por cualquier parte del país a nuestras anchas, sin tener que ocultarnos. —Es un milagro que tu marido te haya dejado venir —le digo a mi hermano mayor, mie