Marcela —¿En serio Vlad hizo eso? —pregunta mi hermano, mientras yo lloriqueo en su regazo, sonándome la nariz con un pañuelo. Mateo ha venido visitarme a mi apartamento. Todavía le queda una semana de vacaciones, y yo...yo no quiero que se vaya. Él siempre ha sido mi refugio, y desde que se fue a Alemania, me siento sola. Solo Vlad lograba colmar el vacío que deja mi hermano, pero ahora que lo he perdido, no sé qué rayos voy a hacer. Quiero seguir el consejo que me dio Alexander, claro que sí. Enfocarme en mi misma, pero..., pero no sé cómo podré hacerlo. —Yo en serio estaba considerando en formar una familia con él —empapo totalmente de mocos mi pañuelo, y entonces Mateo me alcanza otro —, pero resultó ser igual que todos los hombres. —Eh, yo no soy así —se defiende Mateo, y en