Amor y Odio al Guardaespaldas

Capitulo 2

Alexa

-si tu empleadito me vuelve a poner una mano encima lo demando- Raúl expresa su disgusto conmigo. Luego de recibir un poco el sol decidí llamarlo para preguntarle si estaba bien.

Me arrepiento de haberlo hecho.

-si. Como sea- hago videollamada mientras me cambio de ropa. Me acerco a mi escritorio y tomo mi celular.

-no estoy bromeando Alex. Juro que…-

-podrías dejar de hablar de ese puberto. Si te llamé fue porque quería hablar contigo pero si vas a seguir quejándote es mejor que cuelgue- alejo el aparato de mi mano..

-no hablare mas de ese..- tuerce los ojos- pero veo que estas usando la pijama rosa. ¿Que tal si hacemos esta conversación mas “interesante”?- la palabra significa desnudarme y enseñar mis partes a Raúl. No es lo mío. Si quiere tener Sexo simplemente vamos a un hotel y lo resolvemos allí.

-si quieres que te muestre mi cuerpo estas perdiendo el tiempo. no soy una puta que manda sus nuds por celular- mis palabras lo enojan, lo veo en su rostro.

-no digo que seas eso pero podríamos divertirnos con..-

-date una ducha fría- cuelgo la llamada. Fue una mala idea haberlo llamado. No soy santa de nadie. Empecé mi vida s****l a los 18. En el momento que soplé las velas de cumpleaños me acosté con Raúl. No diré que fue placentero, era un torpe. Bueno ambos lo éramos.

Me acerco al espejo y bajo las tiras de mi bata. La prenda se enreda en mi cintura y aprecio mis pechos. Con las yemas de mis dedos toco mi clavícula y a mi mente vienen las palabras de aquel idiota.

-No me van las niñas malcriadas, caprichosas, egocéntricas y virginales- me recuesto en la cama recordando esas palabras.

-¿virginales? – aquí el único virgen es el idiota ese. No le he conocido a una mujer en el tiempo que lleva conmigo

-¿Quién se fijaría en un tonto como él?- se cree mucho por ser el protegido de mi padre. En fin, no me importa su vida. Me recuesto de lado y por mi mente pasa la sonrisa burlesca del idiota de Víctor. Es menor que yo. Un niño grande que juega a ser guardaespaldas. No sé de donde le viene esa vocación tan tonta.

Cierro mis ojos para poder descansar. Mañana el día será largo.

El ruido de algo me despierta. Me levanto de golpe y miro el celular. La bata aún está en mi cintura. Se escuchan ruidos fuertes que hacen retumbar mis oídos.

-¿disparos?- como puedo me pongo de pie y corro a la puerta. Corro por las escaleras y cuando bajo veo a mi padre con un arma en mano disparando a un sujeto. Mi cuerpo se congela con la escena que ven mis ojos.

Nuestras miradas se encuentran. Y lo primero que hace es intentar acercarse.

-Alexa ponte de pie. Ve con mamá- mis piernas no reaccionan. Mi padre me grita cosas que mis oídos ya no pueden escuchar. Llevo mi mano a mi pecho para poder hacer llegar aire a mis pulmones.

-Alexa. Sube y ve con mamá- grita mi padre y continúa disparando. Las manos de alguien toman mis piernas y me hacen rodar por las escaleras.

Tapo mi rostro.

-una Caruso. Mas sexi que la madre- siento unas manos en mis piernas. La desesperación me lleva a empujar al sujeto que tengo encima. Pero un sonido hace que el hombre se detenga. El cuerpo pesado de extraño aprisiona mi cuerpo.

-Ali… estas bien- mis oídos llegan a reconocer la voz. Mi respiración sigue descontrolada.

Siento como me levantan del suelo. Mis manos rodean el cuello de la persona.

-respira, respira princesa- me aferro mas a la persona. Los disparos ya no se escuchan mucho.

-tengo miedo-

-jamás lo tengas a mi lado- nos adentramos a una habitación y la voz de mi madre me hace ponerme en pie. Corro a su lado y la abrazo fuertemente.

-tranquila cariño. Papá se esta encargando- me aferro a sus brazos y quisiera enterrarme en ellos para poder encontrar la calma que no puedo.

-muchas gracias, Víctor- miro a la figura que está de pie en la puerta. Su ropa esta sucia, algunas manchas rojas son evidente en estas. Su cabello está alborotado. Su mirada está fija en la puerta.

Levanta su mano en señal de silencio. Vemos la sombra debajo de la puerta. Víctor presiona su arma. Lleva su mano a la perilla.

-¡son unos hijos de puta!- mi padre ingresa a la puerta y el corazón de todos se paraliza por unos segundos. Mi padre ve a mi madre y la abraza fuertemente. La besa sin importarle los presentes. Lleva su mano a su cintura y la aferra mas a su cuerpo.

Algo cubre mi cuerpo de pronto. Por el miedo y el terror del momento olvidé la diminuta ropa que llevo. La chaqueta de Víctor cubre mi cuerpo.

-estas bien hija- mi padre se acerca y me ayuda a ponerme en pie. Me abraza y besa mi frente.

-estoy bien- coloco mi cabeza en su hombro. Mi madre y yo lo hacemos. Nos hace sentir mucho mas seguras.

-infiltrados de los italianos. Lograron pasar la barrera- mi padre asiente.

-que refuercen la seguridad de esta noche. No creo que regresen, pero hay que estar preparados- William y Francisco salen del lugar.

-Víctor lleva a mi hija a su habitación- mi padre me suelta y me entrega a su protegido. Hay tantas preguntas en mi cabeza, pero decido no hacerlas

Tomo la mano del hombre y me lleva junto con él. No pronunciamos alguna palabra. El rastro de sarcasmo y burla no son parte de su habitual rostro. Abre la puerta de mi habitación y se adentra en ella. Cierra la puerta y se queda dentro.

-descansa-

-¿Cómo podría hacerlo?, ¡vi como mi padre le disparaba a un hombre- me acerco a él- ¡¡mi padre mató a un hombre en mi presencia!!- me altero un poco. Toma mis manos y me conduce a mi cama.

-mañana puedes hablar con él de lo que quieras. Ahora debes descansar- presiona mis hombros- lo necesitas-

-pero papá hizo..- toma con su mano mi rostro.

-debes descansar princesa. Por favor, por una vez en tu vida. Hazme caso- me relajo un poco y me recuesto en la cama.

Abrazo la chaqueta.

-¿te vas a ir?- pregunto. Las luces están apagadas y no logro ver a Víctor.

-no me iré. Duerme- sus palabras de algún modo me tranquilizan.

-¿en dónde dormirás?-

-voy a velar tu sueño. No importa el lugar-

-eres una cabeza dura Mapache- no me responde.

Pasan los minutos

-mi cama es grande y tal vez..-

-nunca invites a un hombre a tu cama Princesa- le aviento una almohada.

-tienes una mente muy sucia- un virgencito desesperado es lo que es.

-dulce sueños Princesa-