Capítulo 1

1323 Words
3 Años después Víctor -te tocará esperarme. Me reuniré con mis amigas en el café. O sabes qué, No tienes que esperarme. Regresaré con mi novio- la princesa Alexa hija de Caruso me da órdenes. Ya va casi tres años desde que soy su En todo este tiempo he tenido que cuidarle el culo a la princesita. Sacarla ebria de discotecas. Separarla de peleas por que la niñita pega duro. Se me escapó un par de veces y me la encontré en yates de lujo con el noviecito. La última vez la tuve que sacar arrastras de un hotel. El noviecito estaba recién bañado y ella en bata. Aquella vez pude darle una nalgada por malcriada. Me acusó con su padre y tuve 3 horas de entrenamiento duro como castigo. Ha sido el dolor de cabeza del Diablo. Todos creyeron que tenía el carácter de su madre, pero no. Es el vivo retrato de su padre. -como diga la señorita. La esperaré aquí afuera- me cruzo de brazos y noto el enojo en su rostro. -¡por una vez en tu vida me puedes hacer caso Víctor!- me quita su bolso de las manos. La niña está molesta -a ver déjame pensar- llevo mi mano a al mentón y recorro el cuerpo de la mujer que tengo frente. Lleva una minifalda de tablones. Una blusita de tiras que deja ver su abdomen plano. -¿te estas burlando?- -para nada. Debo mostrar mis respetos a la hija de mi jefe- llevo una mano a mi pecho mostrando respeto. -pero contestando a tu pregunta…- mi mira fijamente -La esperaré aquí. Señorita- tuerce sus ojos. Da media vuelta y se va. -te odio Víctor- me saca el dedo medio. -y yo te amo princesa- me adentro en el auto y espero fuera. Se sienta en una de las mesas del fondo. Llegan sus amigas de toda la vida. Flor y Linda. Empiezan a hablar entre ellas y veo como Alexa sonríe. Se ve tan diferente que cuando está conmigo. > recuerdo. Su rostro brilla y su sonrisa contagiosa hace que sonría como un imbécil. Aparto mi mirada. Todo este tiempo ha sido como una montaña rusa. Por un lado, cuidar a la hija de Alessandro no ha sido tarea fácil. Por otra parte, mi madre decidió darse una oportunidad con Arturo, uno de los hombres de Alessandro, pero en las noches cuando llego a casa la he visto llorar. La muerte de papá aun no la supera. No sé quien fue la persona que acabó con la vida de papá. Mi madre nunca quiso decírmelo. El abuelo sigue en estado vegetativo. No da señales de mejoramiento. Estudio en línea por las noches y hay días en los que no duermo, es por lo que mis ojeras son mas evidentes. He ahí el apodo de Alexa Miro una vez mas a la ventana y esta vez el noviecito de la princesa está allí. Raúl Santo. Hijito de papi dueño de empresas de textiles a nivel nacional. La mano del idiota toca la pierna de Alexa y esta no hace nada por apartarlo. Cuando veo que aquella mano se cola debajo de su falda aparto la mirada. No me involucro en su vida amorosa. Solo le cuido el culo a la princesa. Mis ojos traicioneros hacen que vea una vez mas y cuando veo que se comen la boca en publico, aparto mi mirada. -esto me pasa por andar de curioso- pasan las horas y la princesita viene tomada de la mano con su novio. Aquel imbécil arrogante se pone frente a mí. -llevaré a Alex a su casa- me sonríe- así que puedes irte- ¿acaso me está dando órdenes? Levanto una ceja. Miro a la princesa del Diablo. -si ya terminó su reunió suba al auto- me fijo en ella ignorando al tonto que tengo frente. -no escuchaste , que voy a llevar a mi novia a su casa- me apunta con el dedo. Flor y Linda no parecen contenta con la situación. -Señorita Alexa suba al auto- abro la puerta de atrás -¿qué te crees para decirle qué hacer a mi novia?- levanta su mano y su puño impacta en mi rostro. No muestro una mueca de dolor. A veces recibir el primer golpe es bueno. -¡Raúl! Qué haces...- lo regaña la princesa. Intenta empujarlo -le enseño su lugar a este pobretón- me vuelve a apuntar con el dedo. ¿Pobretón? -¡basta! Iré con víctor. Chicas suban al auto. Las llevaremos a casa- Flor se acerca a mi y me entrega una toallita. Sus ojos verdes me miran con preocupación. Linda por su parte espera que nos vayamos. -aquí nadie se va con este. Tu eres mi novia y te vas conmigo- intenta cerrar la puerta de manera abrupta -suban- vuelvo a decir. -me estas colmando la paciencia- intenta golpearme nuevamente, pero esta vez soy yo quien devuelve el golpe. Aplico una llave y lanzo el cuerpo del hombre al suelo. Se queja como la nena que es. Aliso mi traje y me adentro al auto. -si no sube en 30 segundos hablaré con su padre- Alexa me fulmina con la mirada y sube. Dejando al noviecito tirado en la calle. Alexa no le tiene miedo a su padre. Teme por la vida de su padre, cuando ella causa un problema es su madre quien le deja de hablar a su padre. Y el silencio de Alda es la tortura del Diablo. -no debiste golpear a mi novio- -debió seguir mi orden. Señorita- me fulmina con la mirada. -¿estas bien?- miro a Flor desde el espejo y asiento. -estoy bien señorita- ella me dedica una gentil sonrisa. -es un guardaespaldas. Creerme que está bien- el trayecto es silencioso. Llevo a las chicas a su casa y una vez en casa de Alessandro Alexa sale del auto enojada. Me toca llevar su bolso dentro por que siempre lo deja en el auto. Toco el timbre y una de las chicas del servicio me abre la puerta. Alda aparece con su esposo de la mano. La camisa desarreglada del hombre y el vestido arrugado de ella me da a entender que no solo estaban conversando. -Víctor. Que alegría verte- Me da un abrazo Alda. Alessandro solo levanta la cabeza. -venia a dejar esto- le entrego el bolso a Alda. -esta niña- -te sucedió algo en el labio- Alessandro levanta una ceja. -nada que no fuera solucionado- estoy por despedirme y la princesa del inframundo viene bajando con un bikini rosa. Sin una pisca de vergüenza me mira. Sus facciones mimadas se hacen presente. -creí que ya te habías ido- su padre la mira mal y me mira a mí. Desvío la mirada de su tesoro. -vino a dejar esto- le señala su madre. -es su trabajo. No- sale de lugar como la Diosa que es. Recibo un mensaje y una dirección. -me tengo que ir- me despido y salgo del lugar. Toco la puerta de la habitación y unas manos femeninas me adentran a ella. Junta nuestros labios y se encarama a mi cuerpo. La llevo directo a la cama. Abre su bata y está completamente desnuda. Luego de un día largo con la hija de Alessandro un poco de diversión no esta mal. -¿esperaste mucho?- pregunto y esta asiente -como no tienes idea- se sienta y empieza a quitar la correa de mi pantalón. Desabrocha el botón de este y baja la prenda. -no sabes cuanto me tuve que retener para no comerte en aquel auto- se queja, sus manos tocan mi m*embro. - ¿tanto esperaste? - tomo su mentó y la recuesto en cama. Le doy la vuelta y me posiciono en su entrada. -como no tienes idea..- levanto su trasero y me adentro a su interior. Un gemido escapa de sus labios. -eres una buena chica. Una muy buena chica. Linda…-
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