Capítulo 8 : Feliz cumpleaños hermosa Rosa Negra.

1463 Words
Shomara pone ojitos de gatito triste y hace un hermoso puchero, sus labios formando una perfecta expresión de decepción infantil. — Por favor, dime quién es. — No, mi niña, con esa carita de ángel no me sacarás ni una letra —pronuncia Carmen con una sonrisa, disfrutando del juego, mientras acaricia suavemente el cabello de Shomara con ternura. Sharon se acerca a Shomara para ver si ya sabe quién es, pero ella niega con la cabeza, con el brillo de la fiesta reflejándose en sus ojos mientras busca la respuesta en el rostro de su amiga. Ambas frustradas recurren a su encanto con Lela, Tata, papá, Mónica y Manolo pero ninguno suelta prenda, el bullicio de la conversación y las risas creando un telón de fondo animado para sus intentos infructuosos. — Bueno, ni modo amiga, nos quedaremos solo deleitándonos con nuestra imaginación, como comiendo ese pollo frito con las manos —sugiere Shomara con una sonrisa traviesa, con su voz llenando el aire con la promesa de aventura. — Tú te quedarás, yo me voy a acercar a invitarlo a brindar con nosotras por tu cumpleaños —dice Sharon con osadía, con su determinación cortando a través del murmullo de la multitud con firmeza. — Eres imposible —Shomara rueda los ojos para restar importancia a la locura de su amiga, pero con una chispa de diversión en ellos, su risa mezclándose con el bullicio festivo que llena la habitación. Shomara recuerda la advertencia de Lela de no separarse de ellos y no aceptar nada que les ofrezcan. Prefiere esperar a que su amiga logre su cometido, su corazón latiendo con anticipación por la noche que aún está por venir. Sharon, como si no quisiera la cosa, va caminando y saludando a la gente hasta lograr llegar donde estaba ese chico guapo, pero cuando llega, ya no está. Vuelve resignada al lado de su amiga, con el brillo de la decepción destellando en sus ojos. — ¿Viste a dónde se fue? —pregunta Sharon con un eco de frustración, apenas audible sobre el clamor de la multitud. — Solo vi que mientras te acercabas, él se movía hacia el lado contrario y lo perdí en la multitud —responde Shomara con una mueca de desilusión, el sonido de la música creando una cacofonía suave en sus oídos. — No te parece extraño que nadie te lo haya presentado —ella queda pensativa, su mente girando con posibilidades mientras observa a la gente moverse a su alrededor como piezas en un tablero de ajedrez. — La verdad es que me presentaron a tantos que ya ni sé quién soy —responde con una risa nerviosa, su mano jugueteando con el borde de su vestido en un gesto nervioso. — Sharon, ¿cómo olvidarías a ese Adonis, Shoma? Eso no te lo crees ni tú —Sharon comenta con una sonrisa pícara, su voz llevando consigo el tintineo de la diversión. — Tienes razón, es muy sospechoso. Además, es un mal educado por no venir a saludarme y presentarme sus respetos —responde con un ceño fruncido, mostrando su disgusto, llevando consigo una nota de indignación. — Bueno, amiga, hay muchos hombres por aquí. Voy a dar una vueltita y por ahí lo encuentro —decide actuar, determinada a resolver el misterio, su determinación brillando en sus ojos mientras se aleja en busca de respuestas. Se aleja, y en ese instante, Carmen anuncia que los invitados pasen al jardín para disfrutar de la mesa de dulces y partir el pastel de cumpleaños, cortando a través del murmullo de la multitud con autoridad. Una vez todos en el jardín, el aire fresco de la noche envuelve a los invitados, el aroma de las flores en plena floración mezclándose con el dulce perfume del pastel y los deliciosos postres que adornan la mesa. — Brindemos por mi hermosa princesa y cantemos su feliz cumpleaños —Ángel propone un brindis, con su voz llena de cariño y afecto mientras levanta su copa en honor a su hija. Suena la música de cumpleaños y todos los presentes le cantan, sus voces llenando el aire con alegría y celebración mientras la melodía flota en la brisa nocturna. Al finalizar, levantan sus copas y brindan por una vida larga con muchas bendiciones, aunque hay 7 personas que con cara de póker solo piensan en cómo su vida será corta y con ello la desaparición de toda la familia. Sus miradas esquivas se cruzan brevemente, compartiendo un oscuro secreto que los une en una conspiración silenciosa. Mientras tanto, Shomara observa a su alrededor, absorbiendo cada detalle del jardín iluminado por la luz de las velas y las estrellas que centellean en lo alto. El murmullo de las conversaciones, mezclado con el suave susurro del viento entre los árboles, crea una atmósfera de calma y serenidad. Shomara y Carmen, con gracia y elegancia, dan inicio a la ceremonia cortando el primer pedazo del exquisito pastel. El gesto rompe con la tradición arraigada en la familia, provocando un susurro de sorpresa y curiosidad entre los presentes. Así, ante la mirada expectante de todos, es Assia quien recibe el honor del primer corte, desafiando con orgullo las normas establecidas y demostrando que en esta familia, las tradiciones ceden paso al deseo de hacer las cosas a su manera. El ambiente se impregna de alegría y emoción mientras la música de fondo envuelve la sala con sus melodías festivas. Ángel, el padre orgulloso, toma a su hija de la mano y la invita a bailar en el centro de la pista, irradiando felicidad y complicidad. —¿Quieres bailar, cariño? —pregunta Ángel con una sonrisa. — ¡Claro que sí, papá! —responde Shomara con entusiasmo, tomando la mano de su padre. Los invitados aplauden y sonríen al ver la tierna escena, sintiendo la calidez del amor familiar que los envuelve. Pero la magia no termina ahí. El Tata, con paso firme y una sonrisa tierna en el rostro, se acerca a la festejada y le pide el honor de un baile, creando un momento conmovedor que trasciende las barreras del tiempo y las generaciones. Es un instante de conexión profunda, donde el pasado se entrelaza con el presente en un baile lleno de significado y afecto. —¿Me concederías este baile, mi querida Shomara? —dice el Tata con ternura en su voz. — ¡Por supuesto, Tata! Será un honor . —responde Shomara, emocionada por compartir ese momento con su abuelo. Mientras tanto, en un rincón apartado, Sharon queda cautivada por la presencia de un joven que parece haber salido de una obra de arte. Con sus rasgos perfectos y su porte elegante, él captura su atención y despierta su curiosidad, convirtiéndose en el centro de su atención y admiración. — ¡Guau! ¿Quién será ese chico tan guapo? —susurra Sharon, con los ojos brillantes de emoción. Mientras Shomara se deja llevar por los movimientos envolventes de un enigmático Adonis, experimenta una extraña sensación de emoción y desconcierto. Cada paso, cada roce, parece despertar algo nuevo en su interior, una chispa de deseo o tal vez de temor. Y cuando el misterioso Adonis le susurra al oído sus dulces palabras, ella siente cómo su corazón late con fuerza, incapaz de controlar las emociones que la embargan. — Feliz cumpleaños, hermosa Rosa negra —susurra el Adonis con voz seductora. Sin embargo, Shomara, sorprendida por la intensidad del momento, reúne el coraje para detener el baile, revelando su verdadera identidad y poniendo fin a la ilusión que se había creado a su alrededor. Mientras tanto, Abdul, frustrado por no lograr acercarse a Shomara, se retira de la fiesta con la mente llena de planes y estrategias. — ¡Qué difícil es acercarse a Shomara! Debo idear un nuevo plan —murmura Abdul, con determinación en sus ojos. Con determinación y ambición desmedida, Abdul promete hacerse con el control absoluto de todo lo que pertenece a la familia Daye & Dix, convirtiéndose en el único heredero de un imperio que está destinado a ser suyo. ¿ Quién será ese ese Adonis? , ¿Shomara podrá recordar quién es él ?, — Alguien se ánima a adivinar —¿ Quién es ese hermoso Adonis ?. Gracias por compartir conmigo está novela agradezco cada comentario, su tiempo y me gusta de cada lector. Eso me llena de espectativas de saber que les está gustando. Esperó con ansias cada opinión y su apoyo hace , que mí interés se acreciente pará dar lo mejor de mí, espero sigan disfrutar de éstos primeros pasó que estoy dando cómo autora . Desdé ya mis mejores deseos a ustedes , dedicarme su tiempo que pará mí es muy preciado . Saludos a todos ?.
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