Observada

1439 Words
HEAVENLY Respondiendo a la pregunta que me he hecho durante todas esas novelas leídas, ¿quisiera encontrar un hombre así? Quizá algunos días atrás, mi respuesta hubiera sido si, pero ahora… 1 mes antes… Como les iba contando, esa fue la primera noche que lo vi, el segundo día que me lo encontré, estaba hospedado en el mismo hotel que nosotras, bueno, eso era lo que pensaba, a leguas se notaba que no encajaba aquí, ese porte, su forma de caminar, de moverse, de hablar, hasta su ropa y esos costosos zapatos italianos, me decían que él no pertenece aquí, ni un solo gramo de su exclusivo ser lo hace. Micha se había levantado para ir al baño, así que yo me encontraba sola en la mesa, él estaba por sentarse en una mesa del rincón, cuando sus ojos se percataron de mi presencia, yo me hice la que no lo había visto, obviamente, lo detalle mejor cuando lo vi entrar y recorrer a sus anchas el lugar, el personal casi le rinde pleitesía, jodido engreído, aunque debía admitir que tenía algo que llamaba la atención, esa mirada oscura, hacía que mi piel se pusiera de gallina, entonces se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia donde me encontraba sentada, yo fingí estar ocupada con el móvil. —Hola —su voz varonil no se escuchaba nada mal, lo miré mejor y tenía que admitir, el tipo era, guapo, demasiado para mí, de hecho— al parecer tengo la dicha de volverte a ver— extendió su mano para que tomara la suya— ¿te comieron la lengua los ratones? —sonrió, el cabrón no tuvo la molestia de presentarse, aunque me importaba un carajo si lo hacía o no, pero por lo menos me hubiera dicho su nombre. —Hola— lo salude, quería que me dejara tranquila —y no —conteste con evidente molestia —nadie me comió la lengua, es solo que no te conozco, solo te he visto una vez y créeme, eso no es suficiente. —En realidad es la segunda vez —esperaba que no hubiera una tercera, sonreí de medio lado. —Y eso no me hace confiar en ti en lo absoluto— aún seguía sosteniendo mi mano, traté de zafarme de su agarre, pero me apretó más fuerte, así que desistí de la idea. —Ojalá me dieras la oportunidad de conocerte— sonaba tan seguro, en tus sueños idiota, saco una tarjeta y, me la obsequio— ahora tengo una reunión de… negocios, pero si necesitas cualquier cosa, no dudes en llamarme —extendió la tarjeta, pero no la tome, así que la dejo en la mesa, sonrió burlón y regreso de donde no debía haberse tomado la molestia de dejar su asiento. —¿Quién era ese? — El entrecejo fruncido de Micha, me hizo saber que pensaba lo mismo que yo —lo vi a lo lejos, no te veías muy… a gusto con su presencia. —Pues porque no lo estaba en absoluto, y al parecer es… —tome su tarjeta y la leí —Lionel Gunn, un… ¿Empresario?, lo dudo, ¿ya viste la seguridad que llegó junto con él? —señale con la cabeza hacia el pasillo, la entrada y todo el perímetro del lugar. —Si, lo sé, los jodidos cabrones querían poner sus sucias y asquerosas manos en mí, pero desistieron, quizá me vieron muy insignificante. —No lo eres, solo es ese pretencioso, creyéndose el amo del universo, por suerte solo estaremos un par de días aquí y no lo volveremos a ver. —Tienes razón, aunque… por la mirada que te está dando en este momento, dudo que no quiera aprovechar la oportunidad, de llevarte a la cama. —Pues que no se atreva a intentarlo, no sé con qué tipo de chicas esté acostumbrado a tratar, pero no soy una de ellas. Terminamos de desayunar, aunque no me sentí tranquila en ningún momento, sentía su mirada sobre mí, por suerte no traía puesto nada que mostrará mucha piel, cuando terminamos, nos paramos de nuestros asientos, sin embargo, dejé la tarjeta que me había dado hace un rato en la mesa, quizá así le quedaría más claro, que no me importa saber nada de él, mucho menos conocerlo. —No puedo creer, el tipo casi te folla con la mirada —Micha parecía indignada ante la situación, y mis sospechas quedaron más que confirmadas. —Lo sé, no me sentí tranquila durante todo el tiempo que estuvimos ahí, por suerte, mañana es nuestro último día aquí, así que espero no volver a verlo. —Yo también lo espero, no sé… me dio como mala espina. Regresamos a la habitación para descansar un rato, más tarde saldríamos con los mismos chicos de la otra noche, no nos causaron desconfianza y tampoco se habían pasado de listos, además, había más chicas dentro de su grupo y eso me generaba, hasta cierto punto, algo de confianza hacia todo su grupo. Fuimos a otro sitio, a pedido mío, por si al hombre se le ocurría ir allí, de nueva cuenta. En cuanto llegamos al lugar, Micha y yo comenzamos a bailar, tenían buena música y no había tanta gente como en la discoteca pasada. Una de las chicas se acercó a nosotras para bailar y yo me alejé un poco, ya que pensaba ir por nuestras bebidas, hasta que sentí una mano en mi vientre, que me dejó paralizada, y entonces, su jodida voz, retumbo por todo mi ser. —Nos volvemos a encontrar Heavenly —¿cómo supo mi nombre?, yo jamás se lo dije además saliendo de su boca no causó nada en mí, al contrario, me causó repulsión, comenzó a moverse al ritmo de la música, ni siquiera me di cuenta a que hora, me había llevado a la esquina más alejada y menos poblada del local y no creo que Micha se haya dado cuenta de lo que me había pasado —hueles tan bien— su nariz la restregó por mi cuello, al igual que su polla, que estaba a la altura de mi culo, para mi desgracia. Como pude me zafé de su agarre, y me gire para verlo a la cara y se diera cuenta de que su cercanía me molestaba, grave error. —¡Aléjate de mí! — hablé lo más segura posible, aunque me moría de miedo. —¿Estás segura?, quizá debería… — su boca se acercó peligrosamente a la mía, pero en el último minuto, logré esquivarlo. —No me atraes, no me gustas, no me interesas —hubo un poco de trastabilleo de mi parte, pero logré hablarle, mirándolo a los ojos, su carcajada apenas audible, sin embargo, la pude escuchar, de pronto su mirada se volvió gélida, y no auguraba nada bueno. —Nadie me dice que no —lo patee en la entrepierna. —Pues siempre hay una primera vez. Salí corriendo de ahí, busque a Micha y la lleve a rastras, hasta que se dio cuenta de que me encontraba pálida, solo tomó nuestros bolsos y nos fuimos sin despedirnos de nadie, paramos un taxi, pidiéndole que nos llevara al hotel donde nos estábamos hospedando, el taxista nos miraba raro, supongo que ambas traíamos cara de espanto, le pedimos que nos esperara, recogimos las pocas pertenencias que habíamos traído con nosotras, y nos subimos de vuelta al taxi, que nos seguía esperando, gracias a Dios, nos llevó al aeropuerto y solo ahí pude estar más tranquila. No tuve que explicarle nada a Micha, me conocía a la perfección y al parecer se había dado cuenta de lo que me sucedió, llore en sus brazos cuando me abrazo. —Tenía mucho miedo Micha, ¿crees que nos haya seguido? —mire con preocupación a todos lados, pero no había nada, ni nadie sospechoso. —No lo pienso Heav, así que tranquila, no te preocupes por nada, estarás bien. Los siguientes días, cuando llegamos a Seattle, me sentía observada, pero quizá solamente eran las consecuencias de lo que había vivido en Las Vegas, tal vez debí haber puesto alguna denuncia, ¿pero para quién sería?, ¿un fantasma?, ¿para él?, ¿para Lionel Gunn?, no lo creo, me tomarían de a loca, así que Micha me estuvo esperando a que yo saliera de mi trabajo para acompañarme, unas semanas más tarde, no me sentí observada ni nada, me sentía más segura en mi entorno, en fin, quizá solo fue mi imaginación y nadie me había estado siguiendo durante este tiempo. No podía estar más equivocada.
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