Las Vegas
HEAVENLY
Desde que tengo memoria, he leído muchas novelas, donde la protagonista se enamora del hombre más rico de la ciudad, el cual es frío, distante, pero guapo a morir o, por el contrario, del mafioso buscado por ley, ya saben, dominante y celoso hasta la médula, que se desvive por ella, aunque al principio la secuestra, la violenta, etc. Donde encuentra el amor con alguno de esos dos tipos de hombre, donde viven felices para siempre y donde todo es color de rosa. Muchas veces me pregunto si la autora se fumó algo antes de comenzar a escribir, vivió algo parecido o realmente es producto de su imaginación.
Mi nombre es Heavenly White, tengo 22 años y vivo en Seattle, en un barrio que no es especialmente nada bueno, para que una mujer ande caminando sola a media noche, aunque para mi defensa, no estoy divirtiéndome, sino todo lo contrario, salía de trabajar y estaba agotada, no sabía que está sería mi última noche en libertad, o quizá lo intuí, pero me hice la de la vista gorda y ahora me encuentro a kilómetros de mi casa, lejos de mi mejor amiga Micha, quien supongo para esta hora, se estará preguntando por qué no me espero como siempre lo hacía y se ha de sentir culpable.
Pero la culpa no es de ella, sino mía por no poner más atención a mi alrededor, para saber que desde ese viaje que hicimos a Las Vegas, sellaría mi destino.
Desde que tengo memoria me ha encantado leer, todo tipo de historias de hecho, ciencia ficción, de hombres lobo y vampiros, de magia, de romance, eróticos, sobre todo este último, estuve enganchada con una serie de libros que me mantuvo en ascuas durante varias semanas, pero que me encantó el final, quien no quisiera vivir algo así, muchas veces me imagine siendo yo la protagonista de esa historia, que algún ricachón se enamorara de mí, me diera el mejor sexo de mi vida y me sacara de este lugar, para llevarme a vivir a un palacio y me tratara como a una reina, pero sé que nada de eso sucede en la vida real y muchas veces la ficción supera a la realidad, aunque en mi caso no habría ni palacio ni príncipe azul, sino todo lo contrario.
1 mes antes…
—Micha, ¿estás segura de que tendremos dinero de sobra para pagar todos los gastos? — nombre completo, Michaela Green, la conozco desde hace más de 10 años, se convirtió en mi mejor amiga desde el primer día que la vi, puso los ojos en blanco por décima vez, sé que ya se lo había preguntado desde qué me contó sobre el viaje, pero no quería dormir en la calle y mucho menos pasar hambre por su culpa.
—Heav, por milésima vez— ahora quien puso los ojos en blanco fui yo, ya te dije que todo está cubierto, he ahorrado bastante durante… —se quedó pensando— desde que tuve la edad suficiente para trabajar y te aseguro que no nos hará falta el dinero, además tú pagarás el hotel, yo la comida y el avión, así que no pasará nada de lo que esa cabeza desconfiada tuya piensa.
—Dijiste que el viaje era con todos los gastos pagados, que yo solo debía traer mi culo desinflado aquí y que por lo único que tenía que preocuparme, es por pasarla bien —ella comenzó a reír y una pareja de ancianos se cubrió los oídos cuando me oyeron expresarme así, los tuvimos que dejar pasar para que no se molestaran, no dejaría de hablar así por nadie.
—Creo que los asustaste cariño, y debiste haber entendido mal —su cara de mentirosa me decía todo lo contrario, por suerte siempre fui una persona ahorradora, al igual que ella, así que este viaje lo disfrutaríamos mucho, aún teníamos viajes que realizar y este era uno de ellos, aunque nos tardemos tiempo en ahorrar para el siguiente, sé que lo haremos.
—Como digas zorra, el siguiente viaje yo solamente pagaré los boletos de avión y tú pagarás por todo lo demás.
—Lo sé, aunque tenga que trabajar más duro, verás que yo seré la siguiente en hacerlo— la fila para entrar al avión comenzó a avanzar, dimos un pequeño grito de emoción y caminamos, era nuestro primer viaje juntas, y absolutamente nos divertiríamos estando allí.
Fue un vuelo de aproximadamente de 2 horas y un poco más, como no traíamos muchos cambios de ropa, pues en nuestra maleta de mano cupo lo necesario, además no es como que fuéramos a estar un mes vacacionando, únicamente estaríamos un par de días y regresaríamos a nuestra cruel y triste realidad, este viaje lo hicimos para celebrar que por fin nos habíamos graduado y pronto tendríamos que buscar trabajo en nuestro campo, adiós al café recién hecho, a los tipos guapos que con una sonrisa coqueta creían que les daría mi número o saldría con ellos en una cita, conozco al tipo de locos que abunda en la sociedad y no gracias, no quería ser una más de esas mujeres que desaparecen todos los días, o que aparecen muertas.
—Supongo que lo primero será ir a buscar algún hotel, para hospedarnos, ojalá tengan desayuno incluido, no nos vendría nada mal ahorrar unos cuantos dólares en comida, que podremos utilizar en algunos tragos —ambas reímos.
Tomamos un taxi, le preguntamos al conductor y muy amable nos ofreció a llevarnos a un lugar decente, con desayuno incluido y de acceso rápido, le agradecimos y cruzamos los dedos para que quedara alguna habitación disponible. Por suerte si la había, así que nos registramos, nos dimos una ducha y salimos a explorar la ciudad.
Regresamos temprano ya que el verdadero atractivo era por la noche, con todas esa luces y casinos, a los que no pensábamos entrar, no queríamos salir sin nada en el bolsillo.
Dormimos durante un rato, aunque programamos la alarma para que nos avisara cuando fueran las 10 de la noche, para arreglarnos y ponernos guapas, no queríamos quedarnos dormidas en nuestro primer día aquí.
Salimos media hora después, la verdad es que no necesitábamos de mucho para vernos bien, nos vestimos con nuestras mejores prendas, unos tacones que no nos dificultará el caminar o bailar en todo caso.
Dimos una vuelta por su principal atractivo, el Boulevard de Las Vegas, donde se encontraban los hoteles más famosos y exclusivos, recorrimos cada uno de ellos, hasta nos tomamos algunas fotos, como si fuéramos saliendo del lugar, hasta que sentí que alguien nos observaba.
Obviamente, mire a todos lados, pero con miles de personas transitando por el sitio, fue imposible notar algo raro, lo deje pasar, pensé que solo eran imaginaciones o histerias mías, quizás debí prestar más atención a la limusina que se encontraba a cierta distancia de nosotras.
Estuvimos ahí por aproximadamente una hora más, tomándonos miles de fotos, en todos los sitios más importantes, hasta que unos chicos se acercaron a nosotras, no nos dieron buena espina, hasta que aparecieron algunas personas más detrás de ellos, entre ellos venían algunas chicas, así que nos dimos la oportunidad de conocerlos y que nos invitaran a pasar el rato con ellos, en alguna discoteca, tenía muchas ganas de bailar.
Pagaron nuestras entradas, pero eso si, nuestras bebidas no, era bastante desconfiada con todo esto de las drogas que te podían poner en la bebida, así que no, gracias.
Bailamos con ellos un par de canciones, hasta que otra vez, un escalofrío me recorrió, volví a sentir esa mirada, y le tuve que decir a Micha para que observara por todo el lugar, si había algún depravado que no me quitara la mirada de encima.
—No veo nada Heav, pero si no te sientes a gusto, podemos irnos ahora —la verdad es que me estaba divirtiendo mucho y no quería que Micha la pasara mal por mi culpa.
—No, está bien, vamos a quedarnos un rato más— seguimos bailando y divirtiéndonos, y ya no sentí más esa mirada sobre mí.
Los chicos que nos invitaron se despidieron de nosotras y nos dieron su número, por si seguíamos en la ciudad, Micha siguió bailando con un tipo que se acercó a ella y yo fui por una botella de agua, no quería un trago más, justo cuando me acerque a la barra, un tipo alto, delgado y musculoso se acercó, ambos nos miramos, él sonrió y yo solo me quede quieta en mi lugar, era… demasiado para mí, no es el típico chico que se acerca a ti con... las intenciones que tenga.
Levanto su vaso de whisky y brindo conmigo, le di una media sonrisa, pague mi botella, y estaba a punto de salir de ahí, cuando el bar tender me dice que mi jodida botella de agua ya estaba pagada. Supuse que había sido él, pensaba ir a darle el dinero que p**o por ella, pero cuando mire hacia el sitio donde estaba sentado, ya no se encontraba ahí.
Decidí que era momento de irnos, no quería volver a encontrarme a ese ser andante, su mirada tenía algo oscuro y su sonrisa de demonio aún más, no sentí que nadie nos siguiera, quizá solo estaba alucinando con ese tipo y en realidad, únicamente era un buen samaritano, aunque muy dentro de mí, algo me gritaba que no.