Estacionó el Nissan March frente a una casa de un solo piso. Tocó la puerta tres veces y un grito salió del interior. Segundos después una mujer morena y de lentes abrió la puerta. –Hola Hank – saludó –, pasa. El detective entró y se sentó en un sofá color chocolate. Todo estaba muy ordenado y un olor a rosas perfumaba el ambiente. Paulina cerró la puerta. “Vengo a hacerte unas preguntas” anunció Hank y la chica respondió que ya las había contestado siete meses antes. “No las mismas preguntas… ahora he recabado más información y los detalles de esa noche pueden ayudar mucho.” Ella asintió y esperó el primer cuestionamiento. Hank le preguntó si había visto a Sergio Miranda cuando sucedió la desaparición y ella contestó que no. “¿Observaste alguna camioneta Explorer de color n***o y vidrio