Sintió sus venas secarse y al corazón detenerse, pero luego volvieron a aparecer los latidos que aceleraron hasta causarle dolor en el pecho. ¿Cómo se habían enterado de que Mina era el ser que más amaba? ¿Sabrían entonces que Rita y Cormac eran también sus amigos? El hecho de pensarlo lo obligó a hiperventilarse. Un granizo rebotó en el suelo y entró por la puerta abierta para golpear a Hank en el rostro. La glacial sensación, nada comparada a su miedo en esos momentos, lo hizo volver al mundo real. No llamó a la policía, no avisó a nadie de que Amanda estaba muerta. Simplemente salió, sin que le importara empaparse con la tormenta y subió a su auto. Pudo encenderlo hasta el tercer intento, pues estaba temblando. No tuvo tiempo para tranquilizarse, para dedicarse unas palabras. No hubo un