Su mano terminó de dibujar un desparpajo de líneas y letras que solo él entendía. Pronto iría a buscar a Amanda y a Sergio Miranda, un famoso doctor de Arcana. Intentaría una vez más hablar con Karina y Marco Coe, padres de la niña, para poder sacar pistas e investigaría sobre ese tal John… Mientras tanto siguió leyendo lo que tenía a su alcance. Tomó una nota partida por una bala que no le sirvió de nada, pues no pudo leer más allá de cuatro palabras sin que un agujero proyectara su vista a la madera del escritorio. Tomó otra más rescatable y leyó: “Ya tenemos todo listo, después de esto el negocio se llevará a cabo sin problemas. Claro, si es necesario, aniquilaremos a quién se atraviese en nuestro camino… de una forma u otra. Ya saben, aniquilar no significa solo matar. Usen la cabeza