Y luego que trascienden las pieles, las almas logran conectarse para siempre. Luego de aquella maravillosa noche, siempre nos veíamos en mi apartamento. Era la zona donde ella trabajaba. Yo no quería influir en sus decisiones. Para ambos el uno, significaba la salida del outro. Nos convertimos en un par de refugiados que se cuidan sin que importe alguna otra cosa que la de brindar instantes de felicidad al otro. Esa noche preferimos no tener sexo, era una especie de primera cita que nunca habíamos tenido. Salí del edificio a vuelta de ocho de la noche. Ella ya estaba con su atuendo sexy caminando de un lado a otro. Al verme me sonrió y saludo como si no nos conociéramos. Pensaba que podría avergonzarme el hecho de conocerla. Um auto se detuvo, ella se acercó a la ventanilla, habló un