Cuando la inocencia sea tu traje vístelo con orgullo, cuando te lo quites hazlo con furor. No necesité mucho tiempo para comprender que Estefanía se adaptaba fácilmente a mis excentricidades, así que podía subirle el nivel de intensidad rápidamente. Para ello usaba mucho mis juguetes, algunos de los cuales eran completamente desconocidos por ella, en una ocasión la invité a cenar, con la condición de que llevara vestido, porque iríamos a un lugar elegante y debía vestirse en mi casa. Era común que ante esas solicitudes me viera con cara de saber que algo estaba tramando, pero estoy seguro de que nunca veía venir lo que pasaba. El trabajo no había sido particularmente intenso en esos días, así que ambos estábamos relajados en gran medida y el pasar tiempo juntos nos permitía dedicarle mu