Inmaculada como puede extrae la bala, le brinda la atención al diantre que precisa, en medio de su angustia hace lo mejor que puede. Ya le había avisado a Mark, de unas cosas que precisaba para bajarle la fiebre. Jimmy, quien es muy comedido y astuto llega con las medicinas, se las entrega a Inmaculada y ésta se las suministra a Ángel. De pronto, abre los ojos muy lentamente, mira con rareza a la muchacha, sus miradas se cruzan muy tenuemente. De inmediato Ángel vuelve a sucumbir de nuevo. Se le acerca Gio y pregunta: —¿Se pondrá bien? —Ya hice lo que tenía que hacer, ahora déjenme ir. Con el medicamento que tomó seguramente se le bajará la fiebre, igual necesita atención médica urgente—Gio se queda en silencio, todos siguen con sus pasamontañas puestos, la luz era muy opaca. Repentina