CAPÍTULO TRECE Gwen, de pie en la proa de su barco, se inclinó, sujetando al bebé y miró hacia el océano, buscando alguna señal de Thor. Por todas las partes de su barco sus hombres también examinaban las aguas. «¡THORGRIN!» gritaba fuerte la tripulación por todo el barco y les hacían eco la tripulación de los otros dos barcos de sus flota. Los tres barcos, separados entre sí por casi unos cien metros, peinaban juntos las aguas, todos gritando el nombre de Thor. Desde arriba del todo de los mástiles tocaban las campanas, los tres, intermitentemente, en busca de alguna señal suya. Gwen tenía ganas de llorar dentro suyo. No había sido capaz de encontrar a Guwayne y ahora no tenía ninguna señal de Thor. Odiaba este océano, maldecía el día que había zarpado del Anillo. Sabía que tenía muy p