CAPÍTULO DOCE Thor abrió sus ojos lentamente oyendo el ligero sonido de las olas al chocar, moviéndose arriba y abajo, sin estar seguro de donde estaba. Miró a la luz del sol con los ojos medio cerrados y vio que estaba tumbado boca abajo, doblado sobre una tabla de madera, flotando encima de un pedazo de escombro en medio del océano. Estaba temblando, frío en estas aguas, y al mirar hacia arriba vio que estaba amaneciendo y se dio cuenta de que había estado flotando aquí toda la noche. Thor sintió un ligero pellizco en el brazo, miró hacia abajo, vio un pez y se lo sacudió. Una ligera ola mojó su pelo, levantó su cabeza, escupió agua del mar y miró a todo su alrededor. El mar estaba lleno de escombros hasta donde a Thor le alcanzaba la vista, miles de tablones rotos de la flota de Rómul