CAPÍTULO NUEVE Thor estaba recostado encima de Mycoples, los dos moviéndose con las olas, lentamente hundiéndose en el océano, completamente rodeados por la flota del Imperio. Allí estaba Thor, con el cuerpo perforado por docenas de flechas, perdiendo sangre, con un dolor atroz. Sintió como su fuerza vital se le escurría y, mientras se agarraba a Mycoples, sintió como la suya también la abandonaba. Había sangre por todas partes en el agua y pequeños peces brillantes subían a la superficie a lamerla. Se hundían lentamente, el agua cubría a Thor por los tobillos, después por las rodillas, después por la barriga, mientras Mycoples se hundía bajo la superficie. Tampoco tenía la fuerza para resistir. Finalmente, Thor se soltó y se hundió y bajó, su cabeza remojada bajo la superficie, demasia