1-B

1501 Words
"Vengo a dejarte la comida que ordenaste." Muestro la bolsa de papel que sostengo en mis manos, busco la superficie mas limpia para dejarla pero toda mesa, silla e incluso el piso tiene basura. "Sabes?" "Ordenar comida saludable no les haría daño, tal vez una ensalada verde para variar pues no es suficiente con la lechuga que le ponen a las hamburguesas que comen todos los días." Le hago la observación al enfadado hombre pelirrojo frente a mi quien se quitó sus audífonos de diadema estilo gamer, con microfono y sostiene en su mano derecha el mando de una consola moderna de videojuegos. -Que carajos haces tu aqui?- La voz de Barba Roja, como llamo al hermano número uno, se escucha desde lo alto de la escalera pero no tarda nada en descender para colocarse al lado de Vikingo, sobrenombre que le puse al hermano número dos. Ambos hermanos pelirrojos comparten el mismo cabello largo descuidado y barba larga rojiza, los dos tienen ojos verdes que se verían lindos si su mirada no luciera extremadamente furiosa. Mientras Vikingo viste un conjunto deportivo de color oscuro, Barba roja viste jeans deslavados que se ven ligeramente sucios, una playera que parece blanca aunque se aprecia gris debido a lo percudida que está y calza oscuras sandalias de baño, de esas que parecen zapatos pero con agujeros. Los dos serían jodidamente apuestos si no fuera porque tienen una pronunciada barriga debido a su sobrepeso, el cual ha aumentado en los últimos meses. Además que a ambos les urge bañarse, afeitarse y cortarse el cabello largo. -Te pregunte algo, no escuchaste?- -Estás sorda?- -Porque mierda entraste sin permiso a mi casa?- La voz de Barba roja se escucha más grave debido a su enfado, me armo de valor para contestarle porque recuerdo las dos buenas razones para hacer esto. "Mira, entre a tu casa para entregar tu pedido de comida de la tarde, me gustaría que les aclararan a los repartidores que deben hacer la entrega en la casa más grande y sucia de este vecindario para que no tuviera que recoger sus pedidos." Me sorprendo porque mi voz no suena tan temblorosa como había pensado. "Entiendo a los pobres repartidores que no quieren hacer la entrega porque ustedes son unos imbéciles groseros, toscos y malagradecidos que ahuyentan a todo el mundo con sus carotas enojadas y sus ceños fruncidos." Los observo de nuevo pues estaba dejando la bolsa con comida en la orilla más limpia de la mesita a mi lado. "Pero lo que no entiendo es como pueden ser tan imbéciles como para hacer llorar a las chicas de servicios de limpieza que obviamente..." Detengo mis palabras mientras escaneo la casa por dentro... A donde mire hay basura, suciedad acumulada e incluso ropa sucia en el piso. "Obviamente necesitan que alguien les ayude a limpiar, como pueden vivir así?" Cuestiono porque no puedo imaginarme como debe ser estar aquí todo el tiempo! Ahora valoro más mi impecablemente limpia casita. -Nuestros asuntos no te importan.- Responde tajante Vikingo, sonrió porque jamás pensé que sería él quien hablaría. "Oh si, si me importan por lo que vengo a ofrecerles un trato a ustedes." "Uno que nos beneficia a ambos." Hablo mientras doy unos pasos para dirigirme al comedor y dar un vistazo. Dios mío. El desorden y suciedad es mas grave y grande de lo que pensé, después intento caminar hacia la cocina pero los dos pelirrojos, quienes son mucho mas altos que yo, bloquean mi camino. -Eres muy tonta si crees que nos importa lo que nos quieras ofrecer.- -Ya dejaste la comida, lárgate de mi casa.- Barba roja me ordena, pero estoy decidida a que acepten el trato antes de marcharme por lo que no me muevo de mi lugar. Elevo mi mirada para desafiar a los enojados hombres a quienes se les notan las intensas ganas que tienen de asesinarme, por lo que me doy prisa en hablar. "Limpiaré su casa y jardín grátis." "Lo haré a cambio de que dejen que Evan pueda salir con mi hija, ese es el trato, todos ganamos, que opinan?" Listo, pude decirlo, me siento orgullosa de mi misma por no haber tartamudeado, pero ahora muchas dudas me asaltan porque los dos tontos no han pestañeado ni se han movido. "Que dicen?" Cuestiono, el crujido de la madera desde arriba me indica que el gigante amable esta escuchando lo que pasa en la planta baja. No te preocupes pequeño, tu también te beneficiarás de esto, lo aseguro. -Grátis?- Inquiere incrédulo Barba roja, casi podia asegurar que Vikingo respondería pues es el más tacaño. "Si, grátis y empezaré a limpiar despues de invitar a comer a Evan, quiero que coma algunos vegetales y fruta fresca." Puedo ver al chico asomado, su cabellito pelirrojo ondulado está crecido, lo que lo hace ver adorable, puedo apreciar un poco de acné juvenil en su carita, la cual ya no es tan infantil como antes, sigue teniendo un cuerpo medianamente delgado y su sonrisa sigue siendo tan linda como la recuerdo. Ahora veo porque ha conquistado el corazón de mi pequeña hija, además que siempre fue muy amable con ella, por eso lo nombramos "El Gigante Amable" pues ya era muy alto antes, ahora ha crecido un poco mas, aunque no se cuanto mida, pero estoy segura que debe ser más de un metro ochenta. "Aceptan el trato si o no?" Tomo valor para retarlos y no es porque me sienta poderosa, sino porque ya no aguanto el hedor y quiero ir al baño. -Lavarás la ropa?- Cuestiona Vikingo, respondo que si. -Lavarás los trastes y los baños?- La mención del baño me provoca asco ya que debe estar muy sucio, ahogo una arcada porque de lo contrario sufriré un accidente muy vergonzoso en este lugar y ellos presenciarán todo. "Si, limpiaré los pisos, lavaré lo que este sucio, barreré y dejaré todo limpio, ventanas tambien e incluso el jardín, vamos es el trato de sus vidas, que mas quieren tontos pelirrojos?" Su expresión que se había relajado un poco de nuevo se enfurece por lo que dije pero no me importa porque ya casi no puedo aguantar las ganas de ir el baño! -Esta bien, pero...- No me importa lo que Barba roja diga, tomo la mano a Evan y lo arrastro fuera lo más rápido posible a la puerta, antes de salir grito. "Cuando regrese me diras lo que quieras, ya me voy, tengo asuntos que resolver!" Doy un portazo al cerrar la puerta, ambos corremos a mi casa y entramos por la puerta lateral de cristal adornada con stickers de perritos y gatitos. "Sientate, en un momento estaré contigo!" Le pido a Evan antes de correr al baño, cierro la puerta y logro sentarme a tiempo para aliviar mi pobre vegija llena. "AAAAHHHH!" Suspiro aliviada, salgo después lavarme el baño las manos para atender a Evan. -Gracias por sacarme de ahi.- Es lo primero que este alto niño me dice despues de levantarse del sillón donde estaba sentado. "No se como puedes seguir viviendo con ellos, ese par está perdido, pero tu..." Me acerco y acaricio su carita de tez palida, ha cambiado un poco pero sigue siendo un niño tan lindo y educado, nada que ver con su grosero padre. "Podrías haberte mudado con tus abuelos que viven en otra ciudad, porque no lo hiciste?" El chico se queda callado, creo saber la razon por la que regresó despues de haber terminado sus estudios. -No sé, tal vez no quiero dejarlos solos.- Miente el chico, confirmando mis sospechas, pero finjo que le creo. "Está bien, vamos a comer, nada de comida chatarra, de acuerdo?" Evan sonríe, se que le gusta mi comida saludable con muchas verduras. "Por cierto, mi hija regresa mañana por la noche, te gustaría ir conmigo a recogerla?" Su mirada y expresión facial cambia, puedo ver la evidente alegría que intenta disimular antes de responderme que si. "Entonces iremos juntos, lávate las manos, te serviré de comer." El chico hace lo que le pedí mientras coloco lo necesario en la mesa para los dos, cuando vuelve le entrego su sopa de verduras. -Es mi favorita.- Asevera Evan mientras toma asiento frente a mi, ya lo sabía, me lo dijo un par de veces antes, cuando mi hija lo invitaba a comer. "Disfrútala, pequeño." Pido antes de poner un poco de musica tranquila en la pequeña pantalla plana que esta colocada sobre el microondas que no uso, los dos comemos tranquilos. "Tengo filete pescado a la plancha, esta bien?" Cuestiono observando que el chico casi se aspiró la sopa, él me responde que no ha comido pescado desde que regresó. "De acuerdo, entonces le serviré una orden de pescado, joven." Imito a un mesero, el chico asiente mientras bebe un vaso de agua de limón. En este momento me doy cuenta que el trato beneficia a muchas personas, ademas de limpiar la pobre casa, claro está. ***By Liliana Situ*** Valoro mucho tu opinion y voto.
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