1-A
-Firme aqui por favor señora.-
Hago lo que el hombre me pide, dos segundos después observo alejarse la camioneta de reparto.
Miro la pesada caja en mis manos, desearía que fuera mia, así podría abrirla y ver que es lo que contiene, pero desafortunadamente, no es para mi lo que acaba de llegar.
"Sera mejor que lo entregue ya."
Pienso mientras cierro mi puerta, camino unos cuantos pasos a la izquierda y llego frente a la casa de mis vecinos.
El sol en esta preciosa mañana brinda la luz adecuada para que pueda apreciar todo el descuido y desgaste de la gran casa de dos pisos de estilo americano, con grandes ventanas, la cual debo decir, es la mas grande de todo este elitista vecindario.
La pintura de la fachada está tan gastada que se ve gris y sucia, las ventanas lucen empañadas y la madera del piso de la entrada se aprecia vieja e hinchada en ciertas partes debido a la lluvia.
Y el gran patio de esta casa que más parece estar deshabitada esta aún peor.
Siempre me sorprende que nuestra cerca de madera compartida soporte la carga de la hierba crecida del jardín de mis vecinos, aunque me encanta la linda planta enredadera que da florecitas moradas que adornan cierto espacios de mi lado de la valla.
Observo un ligero movimiento en la cortina de la ventana derecha lo cual me indica que alguno de los dos ermitaños que viven en la casa ya me vió así que dejo de mirar todos los defectos de la casa para caminar esquivando latas de refresco vacías, basura, cajas de madera y cartón tiradas en el suelo que estorban el paso hacia la puerta principal.
"Espero esten de buen humor esta mañana."
Pienso mientras subo los dos escalones de madera que gimen bajo mis pies, temo que en cualquier momento alguno de ellos se rompa y termine lastimada, pero no lo hacen, solo emiten lamentos fantasmales.
Toco el timbre dos veces, entonces me acuerdo que el timbre no funciona, no se si alguna vez haya funcionado por lo que toco dos veces con mis nudillos la puerta de madera que se ve opaca.
Como siempre, nadie me responde, todo se oye en silencio dentro pero se que los dos estan ahi, asi que dejo el paquete en el sucio suelo de madera, desciendo los escalones y cuando estoy por llegar a mi jardin escucho que la puerta se abre y cierra rapidamente, me asomo y compruebo que el paquete ha desaparecido.
"Como sea."
Pienso mientras abro la puerta de mi limpia y cálida casita justo a tiempo para escuchar mi celular sonar, por lo que me doy prisa porque la tonada me indica que es mi hija quien me llama.
"Hola bebé, perdona llevas mucho tiempo llamandome?"
Contesto mientras me siento sobre el sillon.
"Hola mami, apenas te marque, mami, no lo vas a creer, tengo buenas noticias!"
"Pude terminar la escuela antes, mami, tendré seis meses de vacaciones y podré hacer mis prácticas donde quiera!"
"Le dije a mi papá que quiero hacerlas donde vives ahora, mami podremos estar juntas de nuevo!"
No son buenas noticias sino excelentes noticias para mi!
"De verdad?"
"Eso es genial mi niña!"
"Cuando llegas?"
Cuestiono super emocionada porque he estado separada de mi niña por mas de dos años, no verla todos los dias ha sido muy difícil, pero gracias a que tuve varios empleos pude sobrevivir a la tristeza de que ella no viviera conmigo.
"Llegaré mañana por la noche, mami ya quiero verte y abrazarte, te he extrañado tanto."
Me comenta antes de hacerme la pregunta que ya esperaba.
"Mami, sabes si el gigante amable está en su casa?"
Lo sabia!
"Llegó ayer en la mañana, así que si está en casa mi niña."
Respondo antes que mi niña diga que tiene que irse porque aún no termina de empacar, le digo que me envie mensaje para saber a que hora debo recogerla en la estacion de autobuses y terminamos la llamada enviandonos besos.
Mirando el celular en mis manos sonrio feliz porque mi hija vuelve a casa para quedarse conmigo como tanto deseamos desde que nos mudamos a esta casa, hace dos años.
De repente el sonido de mi timbre interrumpe mis pensamientos felices, por lo que camino hacia la puerta porque estoy segura de que es otro repartidor, tal vez de comida esta vez, que viene a entregarme algo que no es mio.
"Buenas tardes señora, somos del servicio de limpieza que contrato."
Una joven y linda chica me informa, su compañera a su lado sonrie en silencio.
"Oh, yo no las llame chicas, como pueden ver no necesito ningún servicio de limpieza."
Abro por completo la puerta para mostrarles que todo esta limpio e impecable dentro de mi casita, las dos chicas se miran confundidas.
"Ustedes fueron contratadas por mis vecinos, si se dan cuenta la dirección es la misma que la mia, solo que yo tengo una B al final y ellos una A."
Las chicas miran la tabla de madera que sostiene el papel con la dirección que les proporcionaron antes de responderme.
"De hecho, no tiene ninguna letra, solo tiene su número, sentimos la confusión y molestia señora."
Me comentan las amables chicas antes de alejarse para dirigirse a la casa de al lado.
Las veo dudar un momento antes de caminar hacia la entrada, subir los agonicos escalones antes que a un breve silencio le siga dos toquidos con los nudillos ademas de un "buenas tardes" en voz alta.
Bueno, espero que mis vecinos no asusten a las chicas como lo han hecho con los otros cuatro servicios que vinieron en este mes.
Y es que esos dos neandertales sin modales asustan a todo el mundo, desde los repartidores, los vecinos e incluso los quisquillosos administradores de este vecindario, todos parecen tenerles mucho miedo.
Es por eso que nadie ha podido hablar con ellos para que limpien su casa y jardin y dejen de dar mala imágen.
Estoy sentada frente a mi laptop terminando de entregar mi ultimo reporte del dia, pues ahora puedo realizar mi trabajo desde casa, cuando escucho que alguien solloza mientras toca a mi puerta por lo que corro para abrirla, encontrandome con la chica del servicio de limpieza que vino antes.
"Señora..."
Solloza la niña frente a mi.
"Que pasa nena?"
Cuestiono a la chica antes de abrazarla, ella llora mientras me abraza con fuerza, su amiga se acerca a nosotras, su cara enojada me indica que todo salio mal con mis vecinos.
"Puedo..."
"Puedo pasar a su baño por favor?"
Cuestiona con voz temblorosa y llorosa la chica.
"Claro, pasa por aqui."
Le indico el camino, ella cierra la puerta, su amiga se acerca a mi.
"Como puede vivir al lado de esos idiotas?"
"Como soporta vivir al lado de toda esa basura?"
Lo mismo me he preguntado por dos años.
"Te acostumbras."
Es lo unico que respondo antes que la otra chica salga del baño, ambas se abrazan antes de suspirar.
"Muchas gracias señora, disculpe por la molestia, pero no me gusta que me griten o intimiden con la mirada."
"Soy un poco introvertida y me pongo muy nerviosa por muchas cosas."
Acaricio el brazo de la chica con suavidad para consolarla porque la entiendo perfectamente.
"No te preocupes, te entiendo, de hecho, ustedes no son las únicas que han salido corriendo de la casa maldiciendo e incluso llorando."
Las chicas no se sorprenden por mis palabras, despues que se negaran a beber o comer algo, las dos se despiden, las veo casi correr para subir a su vehiculo el cual tan pronto encienden ponen en marcha para alejarse del lugar.
"Son un par de imbeciles."
Maldigo a mis vecinos antes que mi timbre vuelva a sonar, como estoy molesta abro la puerta de inmediato, pero me calmo cuando veo al joven que tiene la entrega de comida de un restaurante de comida chatarra.
"Esto es el colmo!"
Pienso pues estoy harta de que me entreguen los paquetes y órdenes de comida de mis sucios vecinos por lo que decido que es hora de acabar con este asunto por lo que tomo mis llaves, cierro la puerta con seguro y me dirijo a hablar con ellos.
No quiero tratar con esos dos patanes pero tengo dos motivaciones para hacer lo que voy a hacer.
La primera es poner limpiar y poner a la casa vecina como tantas veces he deseado hacer y no he podido porque no es mi trabajo, aunque siempre me preocupa que me invadan plagas de cucarachas o de ratones.
Y la segunda, mi hija viene y quiero que el padre del gigante amable le de permiso de convivir con ella como antes, cuando eran pequeños.
Suspiro dándome valor mientras me aferro a la bolsa de papel en mi mano mientras subo los quejosos escalones, tomo la perilla de la puerta para abrirla y entrar a la casa, cuando lo hago lo primero que me recibe es el intenso olor nauseabundo de humedad, comida echada a perder y basura acumulada.
-Que mierda haces tu aqui?-
La voz del primer neandertal me recibe, aqui vamos, todo sea por la felicidad de mi niña.
Y la limpieza tambien.
***By Liliana Situ***
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