Al día siguiente: 19 de junio
Como cada mañana, soy una de las primeras en llegar a la empresa, es mi momento a solas, ese que uso para prepararme para cada paso que voy a dar. Tomo mi café mientras que leo la información que me enviaron de la oficina y miro la hora una vez más, siete y treinta de la mañana, debe estar por llegar.
El golpe en la puerta no se hace esperar y de inmediato le pido que pase. Lo miro y sonrió al verlo con ese uniforme —No sé cuánto tiempo más creerán que eres un cadete— Bromeo.
Lautaro me sonríe y se acerca a mi dejando la caja que trae sobre el escritorio —Lo tendrán que seguir creyendo Zehra— Me dice y me da un abrazo de esos que me hacen falta.
—¿Cuándo dejaras de llamarme así y me dirás hermana?— Le pregunto mientras que nos vamos soltando.
Él me mira a los ojos y sonríe —Es que a pesar de lo que descubrimos, yo sigo siendo un agente de la DEA y tú una colaboradora que se está arriesgando muchísimo— Explica y le indico que se siente para que podamos conversar.
Como siempre, él cierra la puerta con llave y luego se sienta para mirarme —Escuche lo que hizo Jordán, los agentes que te seguían vieron todo— Comenta.
—Está loco, pero es que no entiende lo que está pasando y detenerlo nos habría puesto en evidencia— Me defiendo.
—Zeh, le tendrás que contar todo si no quieres que arruine las cosas. Un hombre enamorado es capaz de todo— Sugiere.
—Ya le conté parte de lo que estoy haciendo. Ya sabes, que mataron a nuestro padre y eso— Explico y niega.
—Debes decirle todo, tienes que decirle que yo soy tu medio hermano, tienes que decirle que estas colaborando con la DEA, y que tendrás que acercarte a tipos como Souza. No puede haber fallas Zeh, si él hace algo que nos ponga en evidencia, todos estaremos muertos— Me pide.
—Lo sé… solo dime una cosa, ¿lo confirmaste?— Indago en un susurro y él asiente.
Abre la caja que traía con él, y saca un sobre de allí dentro —Esta es la verdadera autopsia de tu madre. Allí están las pruebas que inculpaban a Leonardo, pero obviamente él las desapareció. Encontré las grabaciones del día que tu padre fue a declarar en contra de él para que lo metieran preso, pero como sabes la policía trabaja para Leonardo— Me cuenta.
—Estoy casada con el asesino de mis padres— Susurro y apenas puedo mirarlo a la cara.
—Zehra, creo que nuestro padre hizo negocios con él para descubrir la verdad, creo que sospechaba que lo que le paso a tu mamá fue su culpa y cuando encontró las pruebas lo quiso denunciar, pero Leonardo lo mato— Me cuenta mientras que las lagrimas caen por mis mejillas.
—Sé que mi padre no fue un santo, pero tampoco merecía morir así— Susurro —Y mi madre tampoco— Hablo triste y siento como él me toma de las manos.
—Zeh, hablé con mi madre, le dije que descubrí quien era mi padre—
—¿Y qué te dijo? ¿Te conto si mi padre lo sabía?— Averiguo.
—Se sorprendió claramente, pero me dijo que él no lo sabía, que cuando supo que estaba embarazada de mí ya habían terminado y nunca le dijo nada porque lo vio feliz con tu madre— Relata.
—Lo siento, no sabes la pena que me da que nunca lo supiera— Confieso y él niega.
—No importa ya— Susurra y mira la hora —No tenemos mucho tiempo, debemos prepararte para hoy ¿sí?— Habla cambiando de tema y asiento.
—Si, lo entiendo— Afirmo y él vuelve a abrir la caja.
—Cuando vayas con Sousa, intentaras colocar este micrófono en alguna parte. Es diminuto, casi ni se ve, pero a poder escucharlo. Tendré gente siguiéndote hasta donde él te lleve, se irán cambiando a medida que vayas avanzando para no levantar sospechas y cuando estén cerca de la casa o donde sea que te lleve, haremos una vigilancia aérea— Me cuenta.
—Se van a dar cuenta si usan drones— Anuncio.
—No, son indetectables y parecen aves, así que no te preocupes. También te voy a dar esto— Me dice y saca un arma de la caja.
—¡¿Qué?! ¡No! yo no voy a usar eso— Aviso y él niega.
—Zeh, te enseñe a disparar para que en caso de que debas hacerlo, sepas como. No puedo dejar que te pase nada ¿entiendes?— Insiste.
Con muchísimas dudas agarro el arma y la miro —¿Si me toca disparar que pasara? No soy una agente real como tú— Comento.
Él sonríe y saca algo de su bolsillo —Ahora si lo eres. La agencia acepto darte su respaldo desde el momento que te casaste con él. Saben muy bien porque lo haces y que de cierta manera necesitas nuestra ayuda— Explica tomándome por sorpresa.
—Es una locura, yo soy empresaria… no esto—
—Es un paréntesis Zeh, a veces para hacer justicia es necesario— Insiste.
—Guárdala tú, si Leonardo la encuentra terminare como mis padres— Le pido.
—Lo hare, y no te preocupes, estoy investigando porque mato a tu madre. Todavía no tengo muy claro ese punto— Me deja saber.
—Está bien— Respondo y miro la hora —Es mejor que te vayas, ya deben estar llegando todos— Sugiero.
—Si tranquila, cuídate ¿sí?— Me pide y nos despedimos.
—Lo hare, cuídate tú también por favor— Respondo y lo veo cruzar por esa puerta mientras que no dejo de pensar en todo lo que me ha contado.