28 de diciembre de 2002 —¿Interrumpo? Taylor se giró para observar a Maddox al otro lado de la puerta, con una sonrisa en los labios. Al instante, una sonrisa se dibujó también en su rostro. —No —respondió—. ¿Qué pasa? Maddox entró con soltura en el despacho de Miller y apoyó la cadera sobre el borde de su escritorio. —Había pensado en invitarte a almorzar. Sus cejas se arquearon. —¿No se supone que a esta hora estás durmiendo? La sonrisa de Maddox se amplió. —He terminado un trabajo que tenía pendiente. Podría haberme ido a dormir directamente, pero pensé que no habría almorzado todavía y que querrías compañía. —Se encogió de hombros. Taylor pensó que aquello era muy dulce por su parte. Siendo sinceros, apenas había podido hacer amigos en el trabajo. Estaba Jorge, pero él solía