Al día siguiente.
Al despertar vi que Diego estaba mirándome fijamente, me sentí extraña con esa mirada peor no dije nada respecto a eso.
—Buenos días Isabella, ¿Cómo amaneciste?— Preguntó Diego mientras se acercaba a la cama.
—Me siento bien, aunque me duele un poco la herida— Le respondí mientras trataba de acomodarme.
—Seguro más tarde vendrán a cambiarte los medicamentos, eres muy fuerte y de eso no hay duda.
—¡Gracias! Tengo muchas cosas por hacer en esta vida— Le respondí de buen humor.
—Que bueno que tengas deseo de vivir.
—Diego, ¿Puedo hacerte una pregunta?.
—Si, por favor dime— Respondió mientras tomaba haciendo al lado de mi cama.
—¿Mo hubieras querido? Quiero decir al bebé, ¿Lo hubieras querido?— Pregunté atemorizada.
—Por supuesto que lo hubiera querido, tú no me has
