~03 de Noviembre de 2011~
Mi valiente y amado Scott:
Serena y yo fuimos invitadas a una ceremonia en tu honor, tus compañeros te recomendaron para la medalla de honor a la valentía, y la recibiré en tu nombre. Pretendían contactar y entregársela a tus padres, pero nos encargamos de aclarar la situación, y tu hermana declinó su derecho hacia mí.
Me dijo que yo tenía que recibirla porque es lo que tú hubieses querido, que me amabas y jamás le darías ese honor a nadie más, me encantaría poder escucharlo de tu boca, escuchar esa voz que tanto extraño.
Volver a escucharte decir que me amas.
Me haces tanta falta, Scott.
Te extraño cada día, extraño tus cartas, tus detalles, tus abrazos, esos que derrumbaban todas mis defensas y me hacían sentir protegida, sentía que nada malo podría pasarme mientras estuviera entre tus brazos.
Me hubiese gustado poder protegerte.
Yo te admiraba, y sigo haciéndolo… Nunca dejaré de hacerlo. Por tu entrega a tu trabajo, ese trabajo que al principio admiraba tanto y al que luego le temía, porque podía arrebatarte de mi lado en cualquier instante… Como finalmente hizo.
No puedo dejar de pensar en lo terriblemente irónico que es todo esto. Nuestra historia comenzó después de que arriesgaras tu vida para evitar que el océano se llevara a mi hermano, y ahora ese mismo océano te ha alejado de mí.
Pero ni el océano ni nada en este burdo planeta podrá jamás borrar tu rastro de mi mente ni de la de todos aquellos que te aman.
Te fuiste siendo tú, haciendo lo que te hacía ser un gran hombre, una vez me escribiste que lo seguirías haciendo hasta tu último respiro y así fue, por lo que no puedo no sentirme orgullosa de ti, mi amor, a pesar de lo mucho que me duele.
Fuiste un hombre valiente, entregado a tu misión de ayudar a los demás, sé que lo harías nuevamente y quiero que sepas que yo también lo repetiría todo de nuevo, jamás dejaré de sentirme orgullosa del hombre que eras. Te mereces todos los honores.
Te amo y te admiro... Siempre lo haré.
Hannah.