~28 de Octubre de 2011~
Mi amado Scott:
Desde que te fuiste quedé en la nada. Al saber de tu desaparición sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos, no podía creer que un instante estuvieras conmigo y al siguiente todo se desvaneciera.
Porque a pesar de encontrarnos a kilómetros de distancia tú y yo estábamos juntos, unidos por ese sentimiento tan hermoso que nació de tu valentía y mi admiración.
Estuve pérdida por tanto tiempo que siento que la que escribe esta carta es otra persona; mi mente, mi corazón... Mi alma estuvo entumecida por semanas, pero tuve que despertar.
No tengo otra opción, desde que ya no estás conmigo me encerré en mí misma y no salí nuevamente, ahora estoy muerta de miedo y lo único que quiero es hablarte, por eso decidí escribirte esta carta, amor mío; porque estés donde estés en este océano tan grande que al llevarte a ti me quitó lo único que me quedaba... otra vez; quiero que lo sepas…
Hace una semana enfermé y por insistencia de Serena fui al doctor. El motivo de mi condición no era algo malo, al contrario, era una bendición, prueba que a pesar de las adversidades jamás debemos dejar de creer en Dios.
Cuando Marcos se fue y creí que había quedado sola, llegaste tú a alegrar mi vida nuevamente, y ahora que no estás... Me queda el fruto de nuestro amor.
Estoy embarazada, amor mío.
Hundida en mi depresión no lo había notado, pero esa última vez que nos vimos creamos una nueva vida, otra obra del destino sobre nosotros, aunque me hubiese gustado que pasara de otra manera… Aun así estoy inmensamente feliz por esta noticia.
Tengo que despertar... He despertado, y a pesar de lo mucho que me aún me duele tu ausencia, te prometo... Te juro Scott, que protegeré al fruto de nuestro amor como el tesoro más preciado de mi vida, porque eso es... Mi tesoro. Una parte tuya que será mía eternamente.
Te amo...
Hannah