¿Y qué te parece su sabor? —pregunté a Nani, mientras degustaba mis creaciones.
Ella masticaba uno y luego se llevó otro a la boca, razón por la cual me llenó de tanta ilusión.
—Esto es… delicioso ¡Está excelente señorita! Perfecta consistencia, sabor, textura, al pequeño le encantará.
Sentí tanta satisfacción que fue inevitable no sonreír.
—Mañana me despertaré muy temprano para preparar muchas y llevarlas a la hora de visita.
Después del veredicto de Nani, me animé a probar uno, y no estaba mal. De hecho me sorprendía que después de años, aún tenía mi toque especial.
Comí dos bocados más, entonces escuché el inconfundible sonido de mi celular al recibir una llamada.
—Ay no puede ser —dije, al no hallar mi aparato móvil cerca, pero recordé que lo dejé en la sala. Me apresuré en l
