—De acuerdo, estaré allí el jueves.
Colgué, luego de haber hablado con el director del hospital. Tenía muchas cosas preparadas para mis pequeños, ver sus bellas sonrisas con los obsequios en mano, sería mi mayor gratificación.
Volví a los papeles que Joseph me había entregado, los documentos debían entregarse mañana a primera hora, para la recepción de la nueva entrega.
Sin embargo, cuando estaba por empezar. Julián entró a mi despacho.
—¿Pasó algo? Pareces emocionado.
—Bueno, tal vez haya llegado mi oportunidad.
—¿Oportunidad? —pregunto con interés.
—Estoy en un negocio que en cualquier momento dará frutos. Así que te pediré el resto del día libre.
—¿Perdón? Julián hay trabajo que debes hacer.
—Ya lo hice, y si tienes dudas, puedes llamar al afeminado.
—Se llama Joseph, ten m
