Capítulo 2 Negociación

1352 Words
Capítulo 2 Narra Catrina Benavides Walker. Negociación. «Mierda no choques Caty, no choques» Es lo único que se pasa por mi cabeza mientras sujeto con fuerza el volante de Molly. El chico a mi derecha parece bastante relajado y confiado de sí mismo, yo siento la adrenalina correr por mis venas, es la primera vez que corro en una carrera con otra persona, no voy a mentir que jamás que conducido rápido con mi motocicleta porque si lo he hecho, pero jamás con otra persona y lo que más me causa miedo es perder a mi querida Molly. Una chica muy guapa se coloca en medio de la carretera frente a nuestras motos y yo la miro un poco ansiosa, ella me guiña un ojo, respiro profundo antes que ella haga la cuenta regresiva. Nos señala primero a él y luego a mí para preguntar si estamos listos y luego suelta un pañuelo rojo... Eso nos indica que la carrera ha comenzado y por ende suelto el embrague para acelerar, miró adelante de mí y solo veo una carretera en línea recta, afortunadamente para mí, puesto que de no sé así estaría pérdida. Acelero a todo lo que da mi motocicleta concentrándome en el camino, el chico a mi lado me ha rebasado y la frustración se apodera de mi combinada con adrenalina por no querer perder mi amada motocicleta, sigo en línea recta y de pronto observo como frente a mi pasa un auto el cual debí esquivar rápidamente quedando totalmente en shock mirando el vehículo que acabo de esquivar y que probablemente pudo matarme si no lo hubiera esquivado... Sigo el camino y ese chico me lleva mucha ventaja, niego con mi cabeza para no aceptar que seré una perdedora y acelero al máximo pasando, por un lado, de mi contrincante y esbozando una risa llena de ego, que él no puede ver, ya que mi casco no lo permite. Sigo avanzando y me doy cuenta de que la mera se encuentra muy cerca por lo cual mis ojos se concentran en ese solo punto, pero mi mala suerte es de una porquería y justo cuando estoy por ser la ganadora de la carrera luego de haber luchado y casi muerto mi motocicleta decide que no seguirá y empieza a fallar para no seguir avanzando en la carrera, es cuando ese chico toma ventaja y me rebasa nuevamente dejándome atrás como toda una perdedora. —¡Oh, mierda!— exclamo llena de furia por haber tenido tan cerca la oportunidad de ganarle a ese chico y deseaba tanto borrarle su sonrisa egocéntrica de ese rostro perfecto. Me quedo ahí lamentándome por haber perdido y me bajo de mi moto esperando que él venga a reclamar su premio, se me acerca con una sonrisa de victoria y eso me hace enojar mucho más que al principio. «Me siento como una idiota» Pienso y él con sus brazos cruzados se para frente a mí, giro mis ojos quitando mi casco pensando que ahora me iré caminando a casa solo por ser la más idiota de todas en el planeta... «Ya imagino los regaños de mi tío Leonard, creo que mejor mentiré y diré que me robaron» Para mí es bastante vergonzoso tener que decir a mi tío (Perdí a Molly por correr, cuando tú me dijiste que no) No podría soportar la cantidad de "Te lo dije" jamás soportaría eso, prefiero mil veces comer clavos oxidados. —Corres bien para ser una novata— expresa el chico guapo sonriendo, se acerca a mi moto posando su mano como si mi pequeña Molly fuera un trofeo. —Si, gracias, pero bueno supongo que ahora debo entregarte mi moto ¿cierto?— él me observa de abajo arriba detallando mi cuerpo luego se concentra en mi rostro y específicamente en mis ojos. Sonríe llevando un dedo a si barbilla como si estuviera pensando que hacer con mi moto. Pierdo la paciencia y saco las llaves para lanzárselas y él las toma en el aire, niega con su cabeza y se queda viendo las llaves para jugar con ellas en su mano haciendo un sonido de golpeteo con el objeto brillante en sus manos. —¿Que me ves?.— pregunto de forma áspera y sin ánimos de aguantar sus ridiculeces. Es que perder no me sienta para nada bien, y menos cuando se trata de mi preciada Molly. —De verdad le tienes aprecio a esta moto ¿verdad?— yo me limito a asentir y el chico sonríe, se me acerca de una manera que para nada respeta los límites de privacidad entre dos personas, yo solo puedo retroceder sintiendo el peso de mi moto detrás de mí y me quedo viendo sus azulados ojos perfectos. Antes de acercarse más sacude las llaves frente a mis ojos yo estoy a punto de tomarlas llena de emoción y cuando mi mano alcanza la suya para quitarle las llaves, tensa la mano y me mira directo al rostro... —Únicamente te las daré con una condición— respiro profundo un poco nerviosa, ya que no tengo idea lo que quiere este chico conmigo y cuáles son sus verdaderas intenciones. —Bien, habla ¿qué quieres?. —Es algo simple, ¿qué tan importante es tu moto para ti? —Mucho.— respondo en un susurro sin expresión, él asiente y sonríe nuevamente. —Perfecto, entonces no te molestaría hacer un pequeño trato para poder recuperar tu moto— yo levanto una ceja confundida y antes de mover mis labios para preguntar a qué se refiere él responde inmediatamente. —Te daré tu moto a cambio de una cita que te parece, tentador ¿Cierto?. «Rayos, ahora este idiota quiere jugar y no me queda de otra si deseo recuperar a mi Molly» —¿Acaso es un chiste?—. Expreso girando mis ojos, él sonríe y encoge sus hombros. —Tú decides—. Pienso por unos segundos y termino aceptando. —Bien, pero yo decido a dónde iremos—. Afirma con una sonrisa y extiende las llaves de mi moto, pero antes de que yo pueda tomarlas cierra el puño girando su mano mientras me mira a los ojos, por un momento me siento atraída por esa brillante mirada, sin embargo, arrugo mi entrecejo. —¿Me darás las llaves o no?—. Vuelve a sonreír. —Solo si prometes que vendrás a esa cita—. Suelto un resoplido para mover mi cabeza afirmando. — Sí, si iré. Ahora dame mis llaves debo irme. —Ok, pero antes dame tu número de teléfono para saber que esto va en serio. «¡Diablos, pero que intenso!» Pienso antes de responder. —Traes dónde anotar. — Sí, espera—. Saca su teléfono del bolsillo de su chaqueta y me observa atento esperando que pueda dictar los números correspondientes a mi teléfono celular. Por un momento pasa por mi cabeza darle un número falso, pero la verdad me acostumbré a cumplir mi palabra. —Perfecto, nos veremos el viernes ¿te parece?—. Asiento y por fin me entrega las llaves, las tomo despidiéndome mientras coloco mi casco para subirme a mi motocicleta. — Adiós, chica rebelde—. Se despide el galán con una sonrisa. — Adiós chico guapo—. Amplía sus ojos, pero antes de que pueda decir algo yo acelero para irme de ese lugar. «Genial Caty, ahora tienes una cita el viernes... ¿Qué rayos le diré a mi tío?» Algo se me ocurrirá, aunque con mi historial él seguramente dirá que no, pero tengo que inventar una buena mentira. Algo como que me veré con una amiga... «Genial, eso haré» Sigo conduciendo hasta llegar a casa, al estacionar mi moto, bajo de ella avanzando hasta la puerta y al colocar mi mano en la perilla de la puerta escucho algo del otro lado, y me preocupa que alguien se haya metido a la casa, levanto una ceja y de inmediato entro para investigar. —¡Oh, mierda!—. Abro mis ojos quedando boquiabierta.
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