Capítulo 3
Incomodidades.
Narra Catrina Benavides Walker.
—Oh, lo siento mucho... Yo, yo... Creo que iré arriba—. Leonard tiene su rostro tan rojo que está a punto de convertirse en tomate, esto es incómodo para ambos. Supongo que es una imagen que jamás voy a borrar de mi cabeza.
Corro a las escaleras con mi cabeza enterrada cual avestruz, y sin mirar atrás. Al llegar a la puerta de mi habitación entro rápidamente, cierro la puerta y me recuesto en ella llevándome una mano a la boca para aguantar las risas, pero es algo difícil de contener. Empiezo a reírme como loca pensando en esa incómoda situación, Leonard es como mi padre y verlo con una mujer en plena acción es algo un poco raro, aunque entiendo que es hombre y tiene necesidades.
Luego de reírme por la situación tan incómoda que acabo de presenciar camino a mi cama, me quito las botas y tomo mi teléfono para mirar las redes, empiezo a mirar notificaciones y una llama mi atención...
«¿El chico guapo de las carreras?» Me pregunto llena de curiosidad, y, por otra parte, pienso que él jamás me dijo cómo se llama y yo tampoco le dije mi nombre.
"Hola chica rebelde, olvidé mis modales mi nombre es Christopher ¿el tuyo es?"
El mensaje si era de ese chico y ahora me encontraba en la decisión de responder, sostengo mi teléfono apoyándolo en mi pecho mientras observo la pantalla pensando que responder.
"Eh, si yo también lo olvidé, mi nombre es catrina"
Espero unos cortos segundos y presiono enviar, luego responde inmediatamente.
«¡Wow! Está bastante interesado»
"Es curioso tu nombre, pero a la vez va con tu personalidad"
Sonrío al reflexionar en eso y respondo.
"¿Cómo te parece que es mi personalidad?"
Enviar de nuevo, y espero su respuesta.
"Bastante ruda, no te dejas de nadie, muy misteriosa y eso me parece interesante"
Sonrío de nuevo y miro el techo pensando que estoy loca, me encuentro hablando con alguien que acabo de conocer y él me hace reír.
«¿Qué pasa contigo Caty?»
"Por cierto, ¿de verdad te parezco guapo?"
Veo el mensaje y mi corazón se acelera, trago saliva pensado que rayos responder, ya que yo misma me he metido en este embrollo.
"Es solo un decir, no te considero guapo, solo dije por decirlo"
«Espero que se haya tratado el cuento»
"Hum... Bien, pues tú si me pareces muy atractiva. Y no lo digo por decirlo"
Esto cada vez se pone más intenso y no estoy dispuesta a seguir, la verdad puedo mostrarme ruda, pero cuando se trata de chicos soy un desastre. Recuerdo a Tony del tercer año, se me declaró y quería que diera su novia ¿cuál fue mi respuesta? Correr al baño y esconderme.
Esa es catrina cuando se trata de una relación, soy una cobarde y es que para mí es muy difícil mantener la calma cuando un chico dice algo positivo de mí o dice que soy bonita, es como si alguna clase de alarma se encendiera y perdiera el control.
"Bueno, creo que es hora de irme a dormir. Adiós."
Envío el mensaje con la esperanza de que no diga otra cosa que me haga querer lanzar mi celular por la ventana.
"Entiendo, ten una linda noche chica rebelde. Nos veremos el viernes, espero me digas donde será la cita"
Respiro aliviada, por una parte, pero por otra pensar que lo volveré a ver, hace que mi corazón se acelera y los nervios tomen el control de mi cuerpo.
"Sí, te veré en el parque de diversiones que está en el centro de la ciudad"
No puedo pensar en otra cosa que me haga sentir más cómoda que un parque de diversiones, ahí habrá muchas personas y no tendremos oportunidad para estar solos.
"Perfecto, nos veremos allá"
Dejo mi teléfono a un lado de la cama, y estiro mi rostro. Luego escucho que alguien toca la puerta de mi habitación, imagino que es mi tío, así que le digo que pase. Asoma su rostro que no está tan rojo como hace unos minutos, pero igual se bota muy apenado.
Señala la cama preguntando si puede sentarse y yo asiento.
—Caty, yo... Eh, bueno—. Rasca su cuello y yo giro mis ojos, de verdad siento que está de más que me dé explicaciones sobre su vida personal.
—Leonard, no tienes que explicar nada. Tú eres libre de estar con alguien, no me molesta eso.
—Eh, es que yo... Bueno, no pensé que llegarías tam rápido. Y pues Liliana apareció de pronto y...
—Ya te dije que no necesito explicaciones y la verdad no me siento cómoda hablando de esto, solo la próxima vayan a una habitación—. Él baja su cabeza casi muriendo de vergüenza y yo sonrío.
—Tranquilo, no has hecho nada malo. Tienes derecho a gozar la vida—. Expreso con una risita, él pone mala cara y se levanta inmediatamente de la cama.
—De verdad no vas a madurar nunca, yo me largo de aquí—. Sigo riendo hasta que desaparece de mi habitación saliendo a toda velocidad por la puerta.
Ahora mis pensamientos se dirigen a todo lo que ocurrió esta noche y lo que debo hacer mañana, ya que debo presentarme al congreso, puesto que ya había recibido una carta de invitación para trabajar en ese lugar. Ellos tomaron a los mejores promedios y los llevaron a ese lugar tan prestigioso para tener la gran oportunidad de trabajar ahí.
Ahora todo depende de mí y demostrar que estoy más que capacitada para ese puesto. De pronto me encuentro pensando en mamá y papá en lo orgullosos que deben sentirse y no puedo evitar derramar lágrimas, miro a mi derecha la foto que está en la mesita de noche y la sostengo mirándola fijamente.
—Los haré sentir orgullosos, lo prometo—. Abrazo la foto y luego de unos minutos me quedo dormida.