Liam
Esta mujer es el colmo del descaro y mi maldito karma. ¿Cómo es que pudo averiguar eso? ¡Se suponía que era información confidencial!
—¿Y? — su expresión es de triunfo. ¿En serio piensa que ganó? — ¿Me vas a responder o te vas a quedar sentado en esa silla durante un siglo?
—¿Qué quieres que te diga? — exclamo burlón. — ¿Qué te pedí matrimonio por amor? — me río estruendosamente y la veo chasquear la mandíbula. — ¡Obviamente lo hice para el beneficio de mi empresa y por supuesto, el mío!
La veo apretar los puños y sé que quiere golpearme, pero no me voy a dejar ganar por esa mujer calculadora y fría.
—¿Y yo qué gano con todo esto? ¡Nada! — refunfuña. — ¡Estoy segura que mi padre no hubiera aceptado si supiera de esa enorme deuda en esta empresa! — me señala con un dedo.
Sonrío
